Escribe Javier Lozano
A través de sus redes sociales el Senador Ricardo Monreal emitió un mensaje sobre el ejercicio político-legislativo que, dada su importancia, está en organización.
Asimismo, aprovechó para desear a todo el país un buen inicio de este 2022 donde compartirá, fiel a su estilo, una gran responsabilidad legislativa de una política integral que aún tiene reformas pendientes para darle más fortaleza al proyecto de la Cuarta Transformación en la que es, evidentemente, una pieza clave del engranaje.
Aunque el mensaje traía una dosis de energía positiva por iniciar un nuevo periodo de trabajo, aprovechó para ir más allá de su responsabilidad legislativa al cerrar filas con el compromiso moral y ético de ayudar a los sectores vulnerables que se han visto envueltos en anomalías y atropellos institucionales.
Frente a ello, lo ha dicho de un modo y de otro: no bajará la guardia ni claudicará cuando se trate de una injusticia.
Hace tiempo que no veíamos tanta energía y convicción de un actor político; eso ha surgido hasta en el más mínimo agravio que no puede ser ignorado porque, su naturaleza, es actuar cuando percibe las posturas radicales.
Eso lo ha motivado a seguir insistiendo en el caso de Veracruz. Además, dijo que la defensa de esas causas es, sin duda, parte de la esencia de Morena, incluso de su declaración de principios.
Esos pilares sumados a la naturaleza y la personalidad de Ricardo Monreal, sigue insistiendo en los temas que lo ligan a seguir luchando, máxime en el instante que la autoridad de algunos territorios es incompetente, en otras palabras, privilegiar y salvaguardar el estado de derecho bajo el pacto federal donde el Senado de la República, por cierto, tiene una injerencia a través de los mecanismos de control de uso, sobre todo cuando la descomposición y el desorden imperan como el claro ejemplo de Veracruz.
Con la premisa de violaciones a los derechos humanos en aquel territorio, hizo énfasis cuando se habla y se demuestra la falta de procuración de justicia.
A raíz de esa situación, Ricardo Monreal no bajará la guardia hasta que muchos presos políticos en materia de equidad tengan una justicia para recuperar su libertad de cientos de inocentes y desvalidos.
Más allá del duro proceso que viven, será motivo suficiente para continuar. En esa coyuntura, recordó el compromiso que Morena tiene como expresión al abrazar las causas populares.
Eso que alguna vez repudiamos en tiempos autoritarios no puede ser, por nada del mundo, una señal de regresión porque hay un reclamo colectivo que aún se siente agraviado.
Se siguen violando los derechos humanos; no podemos negar que se avanza, pero, en algunos estados como Veracruz, continúa padeciendo de manera radical la postura de intransigencia de la ley local, así como la ingobernabilidad del gobierno estatal quien sembró la zozobra e incertidumbre.
Así pues, Ricardo Monreal se dice listo. En un video se mostró motivado; se le nota la lucidez para romper con esta cadena de injusticias que ha tenido que luchar y lidiar en más de 25 años con el único afán de ayudar donde ha dado muestra de su congruencia y valor al volverse un luchador social.
Quizá eso resalta la gran diferencia entre un político y un auténtico actor de la lucha democrática en el que es parte fundamental de Morena, de la 4T, así como la incipiente consolidación del país en distintas materias de desarrollo.