Por Javier Lozano
Son más de tres años ininterrumpidos al frente de la administración en dos periodos; uno cumplido, y otro en aras de su desarrollo, hasta ahora, muy exitoso como el primero. Eso vino a revitalizar esta nueva fase coyuntural donde las condiciones socio-políticas parecen idóneas, máxime cuando el gobierno estatal y federal se han sumado a la gestión de José Luis Cruz Lucatero.
Con esa postura a su favor- se abrió el compás de mayores oportunidades, pero también marcó la pauta para ir planeando un prometedor esquema que es, sin lugar a dudas, el sello de esta administración.
De hecho, las mismas intenciones que evalúan el desempeño han calificado el trabajo de José Luis Cruz Lucatero como un quehacer positivo; casi el 50% de la población apoya su gestión. Eso, en términos de competencia en política, es altamente favorable.
Partió como uno de los presidentes municipales con mayor calificación, sólo por debajo del municipio de Zitácuaro y Morelia.
Si comparamos el porcentaje, prácticamente es poca la diferencia. A raíz de ello, José Luis Cruz Lucatero sigue demostrando por qué experimentó un ascenso en el mes de enero. Por esa razón, consideramos algunos puntos fundamentales.
En primera, el presidente municipal mejoró o, mejor dicho, fortaleció el contacto con la población civil. Eso destacó ya que la ciudadanía hace uso de ella con más mecanismos de participación. Los espacios públicos son, hoy por hoy, un puente de interlocución para atender las demandas colectivas y, por ende, poder resolver con distintas acciones administrativas no sólo buscando alternativas, sino aterrizándolas para seguir avanzando a la consolidación del municipio.
Eso ha sido parte de la práctica del quehacer de José Luis Cruz Lucatero. El mayor ejemplo es, a la luz de todos, el contacto directo con la ciudadanía. A raíz de eso, involucra la participación de los diversos sectores de la sociedad. Con esa premisa, rompe el molde burocrático y demuestra que, más allá de cualquier agenda institucional, está la relación directa con las demandas colectivas.
Así- habló con población civil. Tomó el micrófono y salió a platicar directamente con los ciudadanos. Informó de las actividades, pero también del quehacer, eso sí, en asuntos prioritarios de la agenda pública. Eso marcó, aunque igualmente reafirmó el compromiso y la responsabilidad social del presidente municipal de Apatzingán.
Quizá puede ser el mejor mensaje o el símbolo de los gobiernos de la Cuarta Transformación que abogan siempre por el interés colectivo al servicio del pueblo.