Sería muy interesante hacer un balance del trabajo que ha realizado el gobernador de Zacatecas, David Monreal que, hace unos meses, tomó la tutela estatal en sus manos. Para ello, nos despertó más inquietud— el interés que le imprime el jefe del ejecutivo de aquella entidad. A pesar de que han acontecido situaciones que han puesto en aprietos a la administración luego del desastre que heredó— Alejandro Tello, exgobernador de aquel territorio, la determinación de David—se ha convertido, desde todos los ángulos, en una esperanza a favor del desarrollo— ya que ésta jugando un papel clave.
Pese a que la situación en instantes ha causado efectos negativos porque, realmente, las circunstancias de gobernabilidad se fueron tornando complejas producto de la herencia pasada, David Monreal no desestima ni baja la guardia a pesar del efecto negativo de la mala administración de Alejandro Tello. Es, en otras palabras, el legado que recibió David, y que lo vio forzado a remar a contracorriente.
Pasó en tópicos de educación, seguridad y desarrollo. Por esa razón, implicó imprimir toda la capacidad y, con distintos mecanismos de comunicación, el gobernador implementó nuevos canales de interlocución de acuerdo con las necesidades de la sociedad. Uno de los temas que me parece más interesante fue, por mucho, el proceso para recomponer el tema de la educación basado en un diálogo abierto entre los principales protagonistas.
De hecho, el propio David Monreal una y otra vez ha puesto de manifiesto el tema de la educación— como uno de los ejes fundamentales del programa de gobierno. Pese al problema mayúsculo que recibió de la pasada administración, el gobernador actual ha decidido tomar los asuntos en sus propias manos. Así, lo hemos observado exponiendo las demandas y carencias a la propia Secretaría de Educación Federal; lo mismo gestiona desde Zacatecas, que en la misma Ciudad de México.
Y para seguir afianzando ese gran papel— hace unos días se reunió con el propio presidente López Obrador en Palacio Nacional. En ese contexto lo han hecho un número importante de encuentros donde, el jefe del ejecutivo federal, le ha refrendado el compromiso. Por un lado, se reforzó el tema de la seguridad que es un rubro apremiante en aquella región; asimismo, de detonó o, mejor dicho, se fortaleció el programa de apoyo a fin de incentivar a miles de familias— que es entendida desde distintos ángulos, como un aliciente para apuntalar el desarrollo, pero también multiplicar las oportunidades de mejorar la calidad de vida.
Por tal razón, el territorio de Zacatecas ha comenzado a respirar un nuevo aire de prosperidad y desarrollo. De hecho, no existe ninguna duda que, dentro de muy poco, el estado tendrá un equilibrio que resultará inminente por el grado de gestión que le imprime el gobernador, David Monreal Ávila. Es decir, no sólo mejorará la capacidad de la administración para empujar programas de progreso social, sino será una palanca de solución a un numeroso esquema de demandas.
En general, un buen papel del gobernador, David Monreal. Pese al desastre que heredó Alejandro Tello, la entidad está adquiriendo forma. En primera, con el uso de mecanismos de gestión y planeación, aunque también de participación ciudadana. Quizá es allí donde, el gobierno, obtuvo una plataforma de sostenimiento porque— además de haber disposición de diálogo— la administración está tomando muy en cuenta las voces que evidentemente suman.
Además de abrir el abanico de ideas, influye potencialmente la aportación que distintos sectores de la sociedad aportan a la causa. En ese sentido, aplaudimos la apertura que otorgó esta semana a colectivos que participaran a favor del fortalecimiento de la gobernabilidad.
En esa inclusión, hay buenos comentarios para el gobernador de Zacatecas que ha sabido canalizar la postura, pero también los juicios personales de cada uno de los protagonistas que, sin duda, enriquecen las áreas de oportunidad. Desde esa concepción, fue una buena determinación abrir las puertas del despacho gubernamental no sólo para escuchar, sino para proponer soluciones.