Por Javier Lozano
Ricardo Monreal tiene todas las características de un liderazgo desde cualquier perspectiva. Esa cualidad— la asumió prácticamente en toda su carrera política; pasó por distintas posiciones y, en todas ellas, compartió, pero también aportó su capacidad para resolver situaciones complejas no sólo en la organización y planeación, sino de la misma forma influyó en la motivación de una actividad o función administrativa.
Asimismo, reafirmó esa cualidad cuando tomó en sus manos la coordinación de los Senadores de Morena para encabezar las tareas y, mejor aún, el numeroso esquema de propuestas Constitucionales que, hasta hoy en día, se han aprobado concluyendo en leyes, modificaciones, reformas y puntos de acuerdo que, desde esa práctica, han salido gracias al papel clave de Ricardo Monreal como líder indiscutible del Senado de la República.
Quizá todas ellas con un grado de complejidad puestas a prueba para tener efectos positivos no sin antes, refrendar o, mejor dicho, dejar claro el desempeño para ejercer los planteamientos deseados. Con esa premisa, Ricardo Monreal siempre sale adelante; sabe tomar decisiones en los momentos claves donde se requiere resolver situaciones de toda naturaleza.
Todo ello lo ha convertido en uno de los referentes más importantes del país no sólo para conciliar y dialogar, sino para influir en temas preponderantes que tienen que alcanzar una resonancia para despertar interés, pero también motivación.
A raíz de ello, fue muy importante la postura que tomó en torno al tema que enfrenta Ucrania. Esa posición fue clara y contundente al señalar la preocupación que viven millones de personas, incluso un número sustancial de mexicanos que, hace poco, fueron repatriados por la cancillería del gobierno de México.
Por eso, es muy congruente en su discurso. Ha repetido una y otra vez la necesidad de buscar mecanismos que refuercen tanto la política internacional, como la diplomacia para encontrar rápidamente la pacificación. De hecho, la propia Junta de Coordinación Política del Senado en voz de su máximo exponente dijo, hace unos días, que seguirán insistiendo para defender la posibilidad de construir mesas de diálogo antes de que el conflicto, vaya en ascenso.
Y considero que, lo mejor de todo, fue haber mantenido sólidas dos concepciones que son interesantes a su personalidad. Pidió no actuar con omisión e indiferencia ante lo que acontece en los países de Europa.
Ante esa coyuntura aprovechó y mencionó, con conocimiento de causa, los efectos de poner en marcha algunos mecanismos que pueden ser influyentes en la política internacional.
Se trata de algunos organismos mundiales que, basados en un marco jurídico, pueden lanzar una convocatoria a fin de que exista una ventana para lograr negociar la paz donde prevalezca el entendimiento, así como el humanismo y la solidaridad.
Justamente eso fue, sin lugar a duda, una muestra que nos acerca a entender mejor en liderazgo de Ricardo Monreal no sólo en la política pública desde el legislativo, sino como un embajador que insistirá siempre en el diálogo para superar la adversidad, en este caso, mediante la vía pacífica de la comunicación: una herramienta que alimenta el referente del zacatecano.