Por Javier Lozano
El hecho ha llegado a convertirse en un mal gesto de parte del Parlamento Europeo. Parece ser que, el tema, sigue escalando, al menos en las reacciones del gobierno que encabeza el Presidente López Obrador, pero también de aquellos que asumen una responsabilidad social y muestran su posición firme sobre la resolución en temas de carácter nacional, por lo que fueron considerados, desde la coyuntura que se hizo, ventajosos y golpistas porque hubo una clara apreciación para generar encono y polarización.
De otra forma no tengo una lectura distinta más que el sesgo malintencionado y sinrazón de hacer énfasis en un tema que ha sido producto de otras consecuencias, incluso de la herencia que significó, en su momento, una praxis que invadió al territorio nacional en los gobiernos neoliberales. Eso era evidente. A raíz de ello, el Presidente López Obrador ha mostrado su voluntad convertida en estrategias y acciones para resarcir la problemática a través de programas sociales ampliados a favor de la sociedad que más lo necesita.
Con esa justificación, el propio Legislativo elevó a rango constitucional los programas de asistencia ciudadana. Fue el mismo Ricardo Monreal quien acompañó los mecanismos como coordinador y líder de la fracción de Morena. De hecho, y con mucha determinación, está respaldando la posición que tomó el Presidente López Obrador en torno al resolutivo que publicó el Parlamento Europeo.
A estas alturas, el asunto subió un poco de tono; hay intercambio de opiniones donde se ha dicho de todo. Quizá eso tenga que llegar a un punto de equilibrio pero desde un marco cordial e institucional de los poderes del Estado. Por ello, basándonos en esa premisa, y bajo la presencia del senador Ricardo Monreal como embajador del encuentro si se concreta a futuro la misiva que envió el presidente de la Junta de Coordinación Política, se puede augurar un resultado positivo.
A pesar de lo excesivo y extralimitado resolutivo considerando la autonomía consagrada de nuestro país, hay un puente que puede alimentarse de entendimiento y buenos resultados si se pone en marcha un esquema de conversaciones de buena fe.
Para ello, se requiere de la voluntad del Parlamento Europeo ya que la iniciativa la tomó Ricardo Monreal en respuesta a la narrativa que él mismo desaprobó; sin embargo, fiel a su estilo, el asunto puede llegar a buen cauce ya que hay disposición no solo de los legisladores de Morena, sino de millones de mexicanos que hemos mostrado empatía porque el tema aterrice con un propósito positivo justamente por la eficiencia que ha demostrado el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Ahí puede estar la diferencia si partimos de la capacidad que posee el Senado en políticas diplomáticas y asuntos de relación bilateral. Empero, gran parte del éxito en políticas públicas ha sido obra de los buenos oficios de Ricardo Monreal que no solo ha tomado buenas decisiones, sino ha capitalizado un eficiente esquema de mecanismos de comunicación para conducir las propuestas a buen puerto.
Entonces, ahora que el senador Ricardo Monreal está fomentando el diálogo hay que tener presente los buenos acuerdos que se pueden obtener con el Parlamento Europeo, sobre todo de respeto considerando las posturas que cada posición debe de dar.
Mientras eso pase, Ricardo Monreal nuevamente refrenda su respaldo al Presidente López Obrador no solo porque sostiene el principio democrático para defender la soberanía del país, sino porque es congruente con el discurso y los hechos.
En ese sentido, consideramos de importancia la reacción del coordinador de los senadores de Morena en este tema; sin embargo, compartimos la visión para poner siempre en marcha el diálogo como vehículo de entendimiento, pero también para alimentar la buena correspondencia bilateral y diplomática que con toda la razón ha defendido Ricardo Monreal en estos días en relación al resolutivo.
Justamente esa bandera de no confrontación es, desde hace más de treinta años, la consigna que ha desfilado una y otra vez por la personalidad de Ricardo Monreal que, en todo instante y bajo cualquier circunstancia, antepone el diálogo siempre.