Por Javier Lozano
Hoy tendrá lugar el proceso de discusión en el pleno del Congreso Federal el proyecto de reforma eléctrica o bien, la madre de todas las iniciativas que ha despertado el interés no solo del país, sino de naciones del mundo que han visto una oportunidad inmejorable o, ha su vez- una amenaza en los planes de inversión ya que el contenido que envió el presidente López Obrador es poseedor de una propuesta de defensa y recuperación de la rectoría del estado en materia eléctrica.
Lo que es más interesante e importante es que, el proyecto, tiene el sello del programa de transformación alimentado desde el gobierno de la República. En otras palabras, sería la consagración de una administración entregada al bienestar popular no solamente en temas de desarrollo, sino de progreso que ha servido sin simulaciones, y que hoy somos testigos para decirlo y asegurarlo.
Quizá por eso la intensidad y el clima que ha formado la oposición en vísperas de que se discuta el proyecto de reforma eléctrica. Saben que, en sus manos, tienen la determinación y por esa razón han puesto en marcha una estrategia propagandística, pero también de acción para asegurar que, los legisladores de los partidos del PAN, PRI y PRD, no voten a favor.
El punto es que, eso puede ser posible, si hay una capacidad de acuerdos y consensos que es, hoy en día, indispensable para negociar modificaciones tal y como mencionaron liderazgos legislativos del Senado cuya experiencia es infinita en éste tipo de circunstancias.
Esa narrativa es, por supuesto, la mirada reflexiva y crítica que marca la pauta para avanzar en esos temas o bien, buscar alternativas donde existe la impresión, hay oportunidades para promover cambios a la Ley minera.
Quienes pensamos en esa alternativa, coincidimos en los fragmentos de Diseccionando: una lingüística que abre el abanico en momentos donde, la antesala de la discusión y análisis, suben de intensidad. Allí, explica la atmósfera que puede enfrentar Morena en San Lázaro, pero también las áreas de oportunidad que no hay que perder de vista luego de que, el propio presidente, manifestó la importancia del Litio si es que existe falta de acuerdos para sellar el proyecto antes de pasar al Senado.
Recordemos los mecanismos y estrategias que la propia oposición pone en marcha. Eso significa que hay nerviosismo, incluso entre sus propios compañeros que decidan, en el último momento, votar a favor del proyecto. Por ello consideran indispensable cuidar minuciosamente cualquier tipo de rebelión interna que emanase no sus intereses, sino de los particulares que representan. Al menos, eso quedó claro luego de la presencia de un cabildero en San Lázaro. El problema para ello, es que una vez más quedaron exhibidos de a quienes defienden en la oposición.
De hecho, las propias experiencias sostienen ese fundamento. Basta recordar el Pacto por México que acarreó gasolinazos, inestabilidad, inseguridad y más pobreza. Esa misma actitud parece ser la tónica de la oposición. Por esa razón, es indispensable si no se alcanza el acuerdo y los consensos, eso sí, sin claudicar a la esencia del proyecto en materia eléctrica, será vital mirar hacia otros horizontes considerando los recursos naturales con los que México cuenta como el litio.
En general, ¿qué debe hacer Morena hoy en San Lázaro? Primero, sostener y estirar acuerdos y consensos sin agotar el diálogo con la oposición. Será difícil mantener intacta la propuesta, sin embargo, la clave es, hoy por hoy, privilegiar el diseño constitucional que se propone, para recuperar la rectoría del Estado en materia eléctrica.
Asimismo, no quitar el dedo del renglón y hacer hincapié en lograr acuerdos para sacar adelante la reforma constitucional en materia eléctrica y, con ello, terminar con los abusos, atropellos y ganancias desmedidas en detrimento de la nación de acuerdo con las voces de los expertos de la expresión lopezobradorista.
Por otro lado, la única alternativa para que la reforma constitucional en materia eléctrica salga adelante es que sea aprobada por el PRI, que éste la avale y la acompañe en el pleno a la hora de la votación. No obstante, el escenario se ve complejo porque, en puerta, la oposición fijó sus ojos en dos temas coyunturales: las elecciones del próximo mes de junio y, por supuesto, intentar amalgamar una hipotética alianza de cara al proceso presidencial del 2024. En otras palabras, un desafío para ellos.
Finalmente, esperamos con ansia lo que pase hoy en San Lázaro donde se espera una sofocante discusión a partir de que inicie el proceso. Mientras tanto, habría que sugerirles a la oposición que tengan empatía con el desarrollo del país y que, de una vez por todas, terminen con los abusos, atropellos y ganancias en detrimento de la nación. A raíz de ello, es necesario aprobar la reforma eléctrica de tal forma que, sustancialmente, sea el parteaguas del crecimiento potencial del país mediante la autonomía institucional, eso sí, no aceptando negociaciones subrepticias o ilegales a cambio de la aprobación.