Por Javier Lozano
No creo que sea el estilo del presidente AMLO criticar a quienes piensan distinto en Morena, máxime cuando se tratan de aliados incondicionales que han ayudado a construir y darle forma al proyecto.
Sin embargo, hay quienes desde adentro se sienten con ese derecho de criticar, pero sobre todo señalar a quienes se atreven a mencionar algún asunto que no comparten y cuyo efecto ha permeado, incluso, en la misma opinión pública.
Algunos referentes han sido objeto de señalamientos en virtud de alguna apreciación, especialmente en temas relacionados con la sucesión presidencial. Eso ha sido razón suficiente para señalar, pero sobre todo estigmatizar a pesar de que ese comentario sea una propuesta para mejorar al tratar de contribuir y seguir avanzando hacia la consolidación.
¿De qué va el ‘rebelde con causa’ en Morena?
Y ha nacido esa concepción de rebelde con causa. Es, hasta ahora, una respuesta a los señalamientos de quienes dicen sí a todo. Sería bueno recopilar el propio discurso del presidente AMLO quien ha dicho que se terminó el autoritarismo para dar paso a la democracia, lo que significa, a grandes rasgos, poder efectuar un análisis y un balance del trabajo sin que exista una sensación malinterpretada que hay una pugna interna.
En lo personal, tres veces he votado por Andrés Manuel López Obrador desde que fue candidato en 2006. He defendido muchas de sus posturas, pero también hemos señalado aquellas que no consideramos adecuadas; eso no es claudicar, ni mucho menos es un exceso del cual debamos lamentarnos porque si hay algo que debe caracterizar al gobierno de la 4T, es la pluralidad.
Tampoco se trata de venerar excesivamente un trabajo por quedar bien con el gobierno. Hay quienes optan por esa estrategia al recurrir constantemente a esa práctica. Es cierto que hay que presumir las hazañas y las victorias pues ha costado esfuerzo consolidarlas, pero caer en un servilismo como lo que hemos vivido con algunos actores que habla no muy bien.
Admiro a quienes, a pesar de formar parte de la 4T, señalan las políticas que hay que fortalecer ya que vivimos en un Estado democrático y no bajo un régimen autoritario. Una de esas posturas se da al interior de Morena.
Es admirable quienes tienen la valentía de alzar la voz y reclamar mecanismos de participación claros y transparentes.
Y existe razón para realizarlo: en lo que tiene Morena como partido político el método de la encuesta sigue siendo incierto e inestable. Está claro que, esa forma de selección, tiene que modificarse si el partido abraza el propósito de consolidarse.
Morena debe sobrevivir al retiro político de AMLO
Hay que recordar que, en menos de tres años, el presidente AMLO tendrá su retiro de la política y de los reflectores. Entonces, si el partido quiere seguir siendo competitivo, tiene que tomar decisiones para salir del método tradicional y darle apertura a la transparencia.
De lo contrario, Morena estaría condenado, en unos años, a padecer los mismos síntomas que el PRD. Las pugnas internas pueden terminar acelerando la decadencia hasta convertir una estructura en un manojo de intereses personales.
Y no es malo decirlo. Pero si eso es motivo para estigmatizar, entonces habrá muchos rebeldes con causa que formarán parte de aquellos que, sin miedo al señalamiento interno, alzan la voz.