-Recordó que en Michoacán seis de cada diez mujeres han sido agredidas en el transporte público, lo que representa una cifra alarmante, en un contexto de mayor violencia hacia quienes representan más de la mitad de la población.
El transporte público en Michoacán como en México, debe llegar a ser un espacio seguro para las mujeres, en donde no corran el riesgo de ser violentadas o incluso desaparecidas, recalcó la diputada Fanny Arreola Pichardo, coordinadora de la Representación Parlamentaria de la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
La diputada por el Distrito de Apatzingán recordó que en Michoacán seis de cada diez mujeres han sido agredidas en el transporte público, lo que representa una cifra alarmante, en un contexto de mayor violencia hacia quienes representan más de la mitad de la población.
“Se hace urgente generar condiciones para un transporte seguro para las mujeres en nuestro estado, en donde los prestadores de servicios deben no sólo asumir su responsabilidad en la materia, sino atender a disposiciones que emanen de nuestra propia ley”.
Fanny Arreola calificó preocupante que ocho de cada diez mujeres en México se sientan inseguras en el espacio público por el que transitan y deben desarrollarse día a día, lo que afecta directamente el acceso pleno a sus derechos, como el estudio, trabajo, salud, libertad y una vida libre de violencia.
Sobre las violencias que las michoacanas refieren vivir en el transporte público, la legisladora refirió que éstas van desde miradas incómodas, hasta tocamientos, roces de los genitales del agresor contra su cuerpo, piropos y palabras obscenas, y exposición del órgano sexual de su agresor.
“En la mayoría de los casos las agresiones ocurren cuando las mujeres se encuentran solas, lo que evidencia cómo los patrones sociales siguen violentando a las mujeres en el desarrollo de sus actividades cotidianas”.
La diputada señaló que es necesario la generación de políticas públicas, y acciones legislativas que contrarresten la violencia hacia las mujeres en el transporte público, de manera que se den pasos certeros rumbo a un transporte seguro, en donde el temor de las mujeres sobre lo que les pueda ocurrir no sea la constante.
