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19 diciembre, 2024
PRESENCIA DE MICHOACÁN

¿Democracia o Revolución?

 

Por Antonio TENORIO ADAME

La historia también es la lucha entre la memoria y el olvido. La Revolución mexicana de 1910 se desvanece del sentimiento nacional como consecuencia del encubrimiento de los afanes de la globalización por rendir la resistencia de los pueblos ante la ambición de avasallar sus recursos.

Por la negativa.
En la conmemoración oficial de 2021, el presidente López Obrador describió el proceso de la formación de nuestra nación en base a nuestros conflictos históricos: a. La Independencia del colonialismo 1810; la consolidación de las libertades republicanas entre 1853 a 1867 y la Revolución que otorgó garantías ciudadanas, derechos sociales y el derecho originario a la propiedad de la nación, con el cual se logró el reparto agrario, la expropiación del petróleo y mejorar el bienestar social; el presidente dijo que faltó un proceso de democracia electoral que garantizara a los mexicanos igualdad en la designación de la representación.

Al parecer ésa es su intención con la presente iniciativa de reforma electoral que ha levantado tanta polvareda.

Los doce puntos de la reforma electoral se desglosan en cuatro capítulos que conciernen: 1. Restructuración del INE, con la consecuente polarización de marchas y disputas verbales; 2. Ajuste a partidos políticos, con el aliciente de reducir el piso de reafirmación de su registro; 3. Representación política en el Congreso, y otros más.

El primer bloque respecto al INE y el de la representación son propuestas que requieren de cambios en la Constitución, por tanto, demandan mayoría calificada de la cual no dispone el macizo mayoritario oficial en el Congreso. Por la falta de consenso y la oposición extra muros del Congreso se prevé un plan alterno que abarca los otros puntos de la iniciativa.

A fin de fortalecer la democracia, Andrés Manuel pregona ahora el voto total, voto íntegro que evite el voto cruzado con la idea de suprimir la división de poderes, y así disponer de una sola voluntad entre el Ejecutivo y Legislativo.

Para convalidar su opinión exhibe – ¿interviene? – la ingobernabilidad en el Perú, donde prevalecen las pugnas entre poderes, sin embargo, evita señalar el modelo del Capitolio de Washington donde los Demócratas frenaron a Trump al dominar el Senado. Aunque no en la Cámara de representantes.

Ahora respecto al asunto de la representación, el Plan alterno B dispone de un recurso para mejorarla, ya que no depende del número o del tamaño del poder legislativo sino de su calidad en la integración, por lo que se evitarían muchos de sus escándalos y expresiones rupestres que denotan su falta de conocimiento y profesionalización, muy a pesar de tratarse de la primera Legislatura de la reelección y de paridad de género.

Si Morena evita rifar candidaturas con altas posibilidades de ser electas daría un gran paso a favor de una auténtica representación; otro aspecto que debe examinarse después es referente a la asignación de cuotas de representación, donde se diluye el carácter ciudadanía por uno donde prevalezcan las diferencias.
La democracia en México se ha echado andar en medio de una efervescencia que se teme caiga en la anarquía y el desorden propicio para que se eleve al poder a la derecha nazimexica.

Como un reto a la conmemoración de la Revolución mexicana, durante estos días, se dejó ver en la reciente reunión de la ultraderecha de la Conferencia Politica de Acción Conservadora (CPAC), del asesor de Trump;Steve Bannon, el chileno José Antonio Kast, con la presencia de Eduardo Bolsonaro, Santiago Abascal, Lech Walesa, acompañados de activistas antiabortistas, contrarios a la libertad de género y anticomunistas supremacistas.

Quienes vienen a decirnos qué hacer, llegan dos siglos tarde -18 septiembre 1821-, después que Matías de Monteagudo, jefe de la siniestra inquisición, expresara en los momentos que los insurgentes expulsaban a los españoles: “volveremos porque los mexicanos no saben gobernarse”. ¿Reto o soberbia?

 

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