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3 mayo, 2025
PRESENCIA DE MICHOACÁN

PT, un aliado incondicional de Claudia Sheinbaum

 

Escribe: Javier Lozano

La esencia del proyecto de transformación, que tiene sus raíces epistemológicas en la lucha democrática del país, se ha consagrado no solamente como una respuesta a las demandas que aquejaban a la sociedad, sino como un verdadero cambio al paradigma de las políticas públicas. Ese nivel del que hablamos, para ser más precisos, tardó muchos años en cuajar para producir efectos significativos en la población civil. Su mayor protagonista, partidario de esa intensa batalla, fue el mismo Andrés Manuel López Obrador, que, hace poco, cedió la estafeta de mando a la ahora presidenta constitucional, Claudia Sheinbaum. Para tal efecto, se ha hecho notar la continuidad o, si podemos llamarlo así, la filosofía que pregonó AMLO.

En todo ese momento histórico, entre las propias fuerzas aliadas al proyecto de transformación, podemos aludir el trabajo clave de Alberto Anaya, presidente nacional del PT. Él, estrechamente ligado a las causas que abandera la izquierda, ha cerrado filas con el movimiento lopezobradorista desde hace muchos años. Son, sino mal recuerdo, cuatro procesos presidenciales que, al final de cuentas, provocaron una relación sólida y una afinidad en los temas prioritarios de la agenda pública. El PT, en efecto, se ha involucrado tanto en esta lucha social que, en los momentos de mayor tensión, fue partícipe de esa resistencia pacífica que abanderó el mismo López Obrador, como en las prioridades de la agenda de Claudia Sheinbaum. Eso, que al final es una alianza estratégica para apuntalar un proyecto de nación y darle larga vida, siempre y cuando exista correspondencia, acuerdos y negociaciones que pongan en igualdad de condiciones, es de vital importancia.

Hay personajes de Morena, que no han comprendido lo que significa una alianza de esa naturaleza, se oponen a esa coalición, quizá por un conflicto de intereses. No hablo de manera general, pero sí particularizando uno que otro diputado y senador que han mostrado su desdén al Partido del Trabajo. El propio coordinador de la fracción parlamentaria del PT en San Lázaro, Reginaldo Sandoval, ha manifestado claramente las diferencias que se han provocado de aquellos que desconocen el valor político de esta unión inexorable. Eso lo sabe él mismo Monreal, que ha dicho que la alianza es fundamental para aterrizar un proyecto. Él, que sabe la importancia de sumar a todos, está consciente de lo necesario que es siempre cohesionar en lugar de provocar fricciones.

En cuanto a ello, queda claro, téngalo por seguro, que los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PT y Morena, siempre con la voluntad que existe para construir puentes de comunicación y acuerdos, volverán a unificar esta gran coalición que, para el tema electoral, será la maquinaria que logre consolidar el triunfo abrumador. Siendo así, no consideramos que nadie, sobre todo la presidenta constitucional de México, tenga en mente romper el pacto de unidad con el PT. Eso, además de que traería divisiones, sería el punto de quiebre para el proyecto de reformas constitucionales que están en puerta. Se ha comprobado, ya sea por los números, pero también por los posicionamientos en tribuna, que esta unión es infalible cuando se trabaja por una misma causa. El propio Alberto Anaya, en todos los pronunciamientos que ha hecho la jefa de Estado, respalda su política.

Morena, por lo que representa el PT a lo largo de estas décadas, tiene que valorar muchos aspectos para darle ese lugar que le corresponde a uno de sus más grandes aliados de la lucha social. Eso, por lo tanto, implica que exista consenso en los temas que se discuten en el legislativo, pero sobre todo poder en la toma de decisiones. Al igual, en la cancha sucesoria, que se juega con gran intensidad, Morena tiene que abrir el compás a la participación y, con ello, tomar en cuenta para que los perfiles encabecen puestos de elección popular. Eso, además de llamarse solidaridad, se llama democracia participativa. Lo equitativo es sustancial, pero sin un poder subyugante para lograr las metas propuestas tanto en el constituyente, como en el ejercicio democrático que nos tocará vivir en el año 2027.

La política, como un juego de ajedrez, hay que tener estrategias. Morena no puede darse el lujo de menospreciar la capacidad y la fuerza que representa el PT en estos momentos.

En Michoacán, por ejemplo, el PT hizo una pausa con el gobierno estatal. Ese asunto, para limar asperezas, fue operado por el Secretario de Gobierno, en conjunto con el coordinador de los diputados del PT a nivel local, Reyes Galindo. Ambos, mostrando esa disposición, dijeron lo valioso que es construir puentes de interlocución, especialmente cuando se camina por una misma causa. Sabedores que es fundamental el apoyo que necesitarán del partido del trabajo para el tema legislativo, al igual que electoral, atendieron rápidamente las inquietudes de la fracción parlamentaria del PT, que solo se ha manifestado en ese derecho legítimo a disentir en algunos puntos cruciales, sobre todo cuando se trata de desoír la voz de un aliado incondicional.

Y como Morena no quiere poner el riesgo el proyecto de transformación, que pueda traer costos políticos muy altos, seguramente muy pronto limará cualquier aspereza que exista con el Partido del Trabajo, pues el PT, lo ha demostrado con sus votos en el poder constituyente, es un gran aliado de Claudia Sheinbaum. Eso, de hecho, lo ratificó el Congreso Nacional que se celebró el fin de semana. Y no solamente fue el mensaje de unidad y cerrar filas con Sheinbaum, sino que el PT mostró esa congruencia con la que ha caminado en todo el territorio nacional. El PT, así lo manifestaron sus liderazgos más visibles, son la vanguardia y la locomotora de la 4T.

 

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