Por Javier Lozano.
El pasado fin de semana circuló una carta que mandó la dirigencia de Morena a los gobernadores(as) emanados del partido de Morena para pedirles apertura, por igual, a los cuatro aspirantes a suceder al Presidente López Obrador. Esto significa que, este 2023, Marcelo, Claudia, Adán Augusto y Ricardo Monreal, tendrán condiciones de equidad, al menos en la teoría.
Falta lo más importante: Llevar a la práctica la voluntad política de la dirigencia nacional de Morena o, mejor dicho, del propio Presidente López Obrador que seguramente corrigió la estrategia del plano sucesorio a través de la interlocución de Mario Delgado.
Lo más significativo de ello es que, en esta coyuntura, el presidente optó por rectificar la ruta presidencial. De hecho, era fundamental hacerlo antes de que la división y el encono comenzaran a convertirse en un elemento negativo para el propio partido dada las condiciones de cómo comenzó la carrera sucesoria. Por tal motivo, se logró un paso importante que siempre empujó muy fuerte el senador Ricardo Monreal, particularmente en las reglas de participación e igualdad de circunstancias, es decir, en la democracia.
Morena, en ese sentido, no puede prescindir de nadie. Los cuatro aspirantes, ya reconocidos oficialmente, tienen que gozar del mismo posicionamiento, trato y respeto. Una forma de llevarlo a la práctica es, en este momento, abrir el compás con toda seriedad y sin simulaciones. En esa tarea, tiene que reinar la flexibilidad de los mandatarios estatales, incluso en la narrativa del propio presidente Obrador que tendrá, tarde que temprano, que reconocer a Ricardo Monreal en Palacio Nacional dado que la presión crecerá en la medida que avancen las semanas.
Ya hay, en ese sentido, condiciones para que se le reconozca oficialmente su aspiración legítima dentro de Morena a Ricardo Monreal. El, incluso, mandó un mensaje desde sus redes sociales para honrar su palabra que se conducirá en apego estricto de la Constitución. Por tal motivo, esperará con calma que los principios constitucionales y la legalidad se observen en el proceso que viene.
Con esa premisa, se dan todas las condiciones para que López Obrador nombre a Ricardo Monreal en conferencia matutina. El hecho de que una carta circulara, y el propio Secretario de Gobierno estuviera presente, significa que no hay nada que impida una situación de esa naturaleza, especialmente porque el coordinador de los senadores de Morena partió de cero; él, en ese sentido, se vio obligado a levantar la mano y alzar la voz cuando señaló lo que a todas luces atestiguamos todos.
Se puede decir que, desde Palacio Nacional, el presidente aprobó la aspiración legítima de Ricardo Monreal después de meses y meses de lucha en que vivió malos tratos, conspiraciones, gestos e indirectas, así como la manipulación burda de una funcionaria estatal de Campeche que trató de denostarlo con una maquinación. No fue fácil, pero ha dado un paso importante al lograr que se le reconozca su legítimo derecho de participación en la sucesión presidencial.
Sin embargo, Ricardo Monreal ha dicho claramente que estará muy pendiente del curso del desarrollo sucesorio. De hecho, a través de sus redes sociales, el coordinador de los senadores de Morena comentó que no se va a desbordar de optimismo, ni a lanzar las campanas al vuelo. Se mantendrá hasta el final siempre y cuando el proceso sea democrático, es decir, hasta el límite de la dignidad que ha sido una de las consignas que abandera en el proyecto de reconciliación por México.
Si esto va en serio, no tiene por qué acudir a otra opción política, si el instituto que ayudó a fundar puede lograr la apertura y generar condiciones de participación pareja, igualitaria, equitativa para todos, terminó diciendo.