Por Javier Lozano
A nivel nacional el asunto escaló. El efecto de la resolución del Parlamento Europeo llegó a toda la población civil, pero también a la clase política debido a los pronunciamientos donde se manifestaron en contra o, más bien, señalaron un cuestionamiento sobre temas de seguridad y quizá, la toma de decisiones en la que cuestionaron la actuación del presidente López Obrador y solicitan, a través de un documento, frenar los ataques a la prensa, al menos esa es la petición de la gran mayoría de los eurodiputados.
Tal vez la forma o el manejo del asunto molestó al presidente Obrador por la manera o el canal donde se realizó, porque la noticia se maximizó, sobre todo por la instancia institucional Europea que tiene varias funciones y tareas de control de aquel continente.
Sin embargo, el contenido fue calificado con un claro sesgo de intromisión tanto a la democracia de nuestro país, como a la soberanía del territorio. Por esa razón, el hecho de que otro continente u otra asamblea realice una sugerencia o más bien vista como un señalamiento es una grave violación adoptada ya que desde la perspectiva de la inmensa mayoría de la población incluyendo la clase política, representó un intento de injerencia siendo México una nación independiente, libre y soberano.
Dado que la situación se tornó de esa forma estos últimos días, hubo reacciones. Los gobernadores emanados del partido Morena cerraron filas con el mandatario; lo mismo, lideres del legislativo federal mostraron su preocupación y expusieron, por supuesto, su desacuerdo con respecto a la resolución de México ya que se puede considerar un fin de violación por una manifestación publica que involucra a nuestro país sin tener en cuenta el daño que pueden ocasionar, sobre todo de percepción ante el mundo.
Por esa razón es lamentable la actuación del Parlamento Europeo; sin embargo, desde el punto de vista de expertos en materia de seguridad hace falta reforzar estrategias y mecanismos para salvaguardar la integridad de la población civil. Esos retos son insoslayables. Falta trabajo coordinado para llevar a buen puerto las tareas de garantizar el rubro tomando en cuenta las necesidades de la ciudadanía.
Así, el diálogo sería una herramienta para buscar alternativas y estrategias que reviertan algunas situaciones complejas. Por ello, es una buena alternativa un encuentro con legisladores federales de los distintos partidos concentrados en la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta ante la solicitud para intercambiar puntos de vista con diputados del Parlamento Europeo a invitación a través de una misiva.
Con ello, no sólo se podrán superar cualquier diferencias, sino poder construir una agenda común al menos en diplomacia considerando que, nuestro país, es una República Democrática que se rige bajo una constitución suprema que reconocemos todos los mexicanos y que ha establecido, con la llegada del nuevo gobierno de la 4T, respeto a las garantías de los ciudadanos.
Y si en esa dinámica de trabajo se comienzan a generar las condiciones para solucionar alguna desemejanza que sirva para potencializar la relación diplomática, sería un mecanismo, además de viable, un reconocimiento a la voluntad con la mejor prueba de encontrar puntos de vista o diferencias pero que, a través del diálogo, puedan vencer cualquier postura, eso sí, respetando los poderes de nuestro territorio en todos aquellos temas a los que solo el país tiene capacidad en la toma de decisiones, máxime porque también existen protocolos de diplomacia parlamentaria.
Entonces, podemos ir adelantando que habrá charlas; existen acercamientos al menos en los mensajes de comunicación y en cartas de donde se invita a sostener un diálogo con la presidente del Parlamento Europeo. Sería muy interesante adoptar esa posición de que existe voluntad por recomponer las diferencias, sobre todo porque, la resolución, no pasó desapercibido sino todo lo contrario: produjo un efecto errado, sesgado y equivocado de la política pública que existe en el país de los eurodiputados que, por desgracia, se han dejado llevar por la polarización o la guerra propagandista que generan los grupos de oposición.
El diálogo es la herramienta que necesitamos. Será inminente considerando la necesidad de mantener la diplomacia y las buenas relaciones en todo el mundo.