Por Redacción.
Se instaló un nuevo Comité Ejecutivo Estatal que decidió el propio Consejo de representantes en la entidad luego de un acuerdo de unidad en torno a una propuesta que nació a través de las bases del partido. Sin embargo, sigue latente el trabajo social y político que hizo, en su momento, la ex presidenta de Morena en Michoacán, Giulianna Bugarini que encaró, con mucha responsabilidad y altura, el reto que le encomendaron desde la dirigencia nacional.
Por ello no existe, hasta este momento, un activo político de Morena en Michoacán en la figura de una mujer como Bugarini que cultivó buenos resultados luego de unos meses del estar al frente, especialmente en una etapa crucial en que, el partido, requería organización y planeación para que fuese tomando cauce el gran respaldo popular cuando hablamos de Morena y el efecto que produce el Presidente López Obrador.
De hecho, a través de ese gran trabajo, hoy Morena en Michoacán luce sólido como partido político; si hay algo que resalta es precisamente el quehacer de organización que dejó Giulianna cuando coordinó las tareas y demostró, eso sí, mucha capacidad pese a la mayúscula responsabilidad de darle vida orgánica porque requirió, sin lugar a dudas, muchísima paciencia, impulso y entusiasmo pues había necesidad de abrir más los espacios de participación, así como los recorridos por los distintos municipios de la entidad.
Y esa nueva cultura de participación fue el motivo, por el cual, se comenzó hablar bien de los trabajos de la dirigencia pasada. Hay mucha razón de ello, sobre todo porque Giulianna recibió un partido falto de organización; sin embargo, eso fue mejorando poco a poco en la medida que los trabajos fueron dándole forma en un tiempo coyuntural importante en que, el respaldo social, se manifestaba por distintas vías a favor del Presidente Obrador.
De esta manera, el nombre de Giulianna Bugarini sigue trascendiendo en los titulares de la prensa; su paso fue sumamente fundamental, en especial para ratificar el compromiso de la sociedad con el proyecto de transformación que encontró un mejor punto de apoyo desde Michoacán a través del trabajo de Bugarini que nunca flaqueó, ni mucho menos se achicó ante las críticas de la oposición cuando me refiero a la guerra sucia.
Se necesita mucho carácter para afrontar una tarea de esa naturaleza; asimismo, temple y manejo de los temas de la agenda pública cosa que, en su momento, lo hizo perfectamente Giulianna. Por ese motivo, su destino político es amplio en el presente y futuro. De hecho, se habla de que puede llegar a ser la delegada federal de los programas sociales debido a las características que tiene para tener contacto son la ciudadanía.
Asimismo, trasciende la posibilidad de llegar a la titularidad de alguna dependencia estatal, como puede ser el caso de la Secretaría de Desarrollo Social. Empero, son versiones que giran en los pasillos de la clase política sabedora de reconocer el potencial que acumuló Bugarini. Gran parte de este capital político es gracias a los trabajos que ha empujado desde hace muchos años.
Para muestra el trabajo en el momento que encabezó la presidencia estatal de Morena en Michoacán. Por ello, a estas alturas, Bugarini está en la antesala de llegar a las grandes ligas, primero, desde un espacio institucional que pueda ir encaminando su labor inminente a un puesto de elección popular en cuanto se lleguen los tiempos oficiales del partido, pero que vale la pena ir augurando, sobre todo porque la lógica indica un panorama de esa naturaleza.
Repito, no hay, hasta este instante, un perfil político en la figura de una mujer como Giulianna Bugarini que llegará, en su momento, a representar a Michoacán ya sea desde San Lázaro o desde la máxima tribuna de la Cámara Alta donde puede conformar la fórmula con un cuadro en la representación de un hombre debido a las reglas de participación de paridad de género.