Por Javier Lozano
Fue sumamente lamentable lo que vivió en carne propia el Senador Cristóbal Arias Solís en la previa de las elecciones intermedias del 2021 cuando dominó más de 42 encuestas a priori que constataron la ventaja irreversible para abanderar a Morena en aquella etapa. Tuvo que venir una imposición para dar un revés y aniquilar toda posibilidad de algo que pudo haber sido una justicia social y política para quien encabezó el respaldo popular durante más de dos años en Michoacán.
Sí de por si las encuestas nunca han tenido el crédito de ser un mecanismo confiable, eso terminó por ratificar que, en los órganos internos del partido de Morena, se prestan para la manipulación y la decisión unilateral cuando se trata, incluso, de ir en contra de la naturaleza de un sinfín de ejercicios metodológicos que compararon- de principio a fin- la ventaja mayúscula de Cristóbal Arias sobre Raúl Morón.
De hecho, de nada le sirvió a Raúl Morón haber operado en las cúpulas del poder para quedarse con la candidatura si, tiempo después, el propio Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le retiró la candidatura por no reportar gastos de precampaña. Eso trajo un reacomodo y reconfiguración de fuerzas políticas en el estado en Michoacán luego de elegir al actual gobernador, Alfredo Ramírez quien no tiene culpa de lo que aconteció.
Él estuvo en el momento indicado y las condiciones políticas se dieron para que fuese el abanderado de Morena.
En cambio, Raúl Morón quedó prácticamente defenestrado del partido de Morena en Michoacán. Es curioso que- quien tuvo en su momento todos los reflectores- hoy esté en la sombra y sin liderazgo pues bastó una decisión del Tribunal Electoral para quedarse sólo. Ha optado para hacer activismo político a favor de una de las llamadas “corcholatas” pero eso no significa que tendrá posibilidades de ser nuevamente candidato de algún puesto de elección popular porque ni siquiera figura entre los activos políticos con mayor respaldo social.
Qué paradojas: quienes no están haciendo activismo político son quienes figuran ya como favoritos en las encuestas que comienzan a circular. Es el caso de Cristóbal Arias Solís que actualmente es senador por Morena y favorito- de acuerdo con las preferencias- a ser el próximo abanderado de la fórmula para la Cámara Alta, incluso, muy por encima de los posibles aspirantes que se asoman en el escenario público.
Por ello, el punto más importante es que Mario Delgado, presidente nacional de Morena, esté consciente de ello. Y lo digo de esa forma porque fue él quien constató más de 42 encuestas a priori que siempre favorecieron a Cristóbal; no sólo las ignoró, sino cargó la balanza hacia Raúl Morón que ni los talones le pisó al Senador de Morena en esa carrera por la gubernatura de Michoacán. Ahora, tendrá que reconocer que las evaluaciones que se realizan otras instituciones, no las de Morena, favorecen nuevamente a quien ahora ocupa esa posición en la Cámara Alta.
Ya hemos dicho que, las encuestas en Morena, son una simulación que se prestan a la manipulación. Y no solamente lo hemos fundamentado en este espacio, sino que ha comenzado a ser un reclamo de las propias bases del partido que se lo han hecho saber a los propios órganos de dirección para que tomen mejores decisiones, especialmente porque es urgente que pongan en práctica otros mecanismos como la elección primaria que, sin lugar a dudas, sería un instrumento democrático.
Ahí puede estar la diferencia entre pluralidad pues lo importante para la democracia es la transparencia ¿o no Mario Delgado? De hecho, las propias circunstancias políticas han puesto nuevamente en el escenario a Cristóbal Arias Solís que es, históricamente, un precursor de la lucha democrática en Michoacán.
Notas finales
Hace una semana aplaudimos la iniciativa que se presentará de reforma al Artículo 1 de la Constitución, que tiene que ver con los derechos humanos y que ordena a las autoridades “promover, respetar, proteger y garantizar los derechos conforme a los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad”, que incluirá a las instituciones de salud para que todas las parejas y las familias homoparentales sean reconocidas en sus derechos a la salud, al sistema de pensiones.
Hoy, nuevamente hacemos un reconocimiento a esa agenda incluyente e integral desde el epicentro constitucional donde se firmó el decreto emancipador de 1814, Sí, Apatzingán será testigo en el marco de las fiestas octubrinas para que una mujer trans participe en el certamen de reina.
Un hecho sin precedentes que pone muy por alto las políticas públicas de aquel ayuntamiento porque, una de ellas, debe ser el respeto a los miembros de la comunidad LGBTTTI+. Hay que reconocerle esa labor a José Luis Cruz Lucatero por impulsar una agenda incluyente en una etapa donde los mecanismos legislativos y una nueva cultura comienzan a ser la bandera del respeto y la convivencia.
