Por Alfredo Juárez Maldonado
Tras décadas de flexibilidad y precariedad laboral en el país, el presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López, decide romper con uno de los postulados neoliberales y aumenta el salario de las y los trabajadores.
A cuatro años del inicio de la cuarta transformación, el Presidente anuncia un nuevo aumento salarial, apostando a que los trabajadores incrementen su ingreso y así su poder adquisitivo. El salario pasó de 88 pesos a inicio del sexenio a 172 pesos en la actualidad; en la frontera el incremento ha sido de más del doble, algo que no se había visto en los últimos 40 años, y para 2023 el salario ascenderá a 207 pesos.
Vale recordar que, en 2019, se incrementó en un 16%, en 2020 20%, en 2021 15% y en el 2023 20% más, es decir, el salario mínimo ha aumentado paulatinamente en los últimos años.
El incremento del salario fortalece el mercado interno y permite que los trabajadores puedan comprar más bienes fuera de la canasta básica, teniendo una vida más digna.
Por otro lado, los promotores de las políticas neoliberales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) aseguraban que el aumentar el salario llevaría a un proceso inflacionario (un aumento de los precios de las mercancías) y a un aumento de la tasa del desempleo, miedo que no se materializó y que, según investigaciones recientes, la inflación es causada por la interrupción de la cadena de suministros, entre otros.
Este supuesto mantuvo a raya durante décadas al país y a los trabajadores; con ello se marcó una época en nuestro país. En este sentido, la acumulación de capital y la tasa de rentabilidad permitió que los ricos se hicieran más ricos y los pobres más pobres.
El incremento salarial debe hacernos reflexionar, y en especial a la clase trabajadora, que por primera vez en muchos años tenemos un gobierno que se preocupa por los que menos tienen y más trabajan, proponiendo medidas que distribuyan de mejor manera la riqueza y disminuyan la brecha salarial, también nos muestra que el neoliberalismo es un paradigma que puede ser cuestionado y superado. Con esta decisión México se convierte en referente para los países en vías de desarrollo comprobando que las medidas promovidas por el FMI y el BM no son una verdad absoluta.
La cuarta transformación aún tiene mucho por delante y no será fácil; pero sin duda, hoy por hoy, sigue dando muestra de justicia social y también refrenda su compromiso por el bienestar del pueblo, además de que comenzamos una nueva era en políticas salariales más justas, combinada con una distribución de la riqueza.
