Por Javier Lozano
Interesante la charla que sostuvo el coordinador de los senadores de Morena en el diario impreso de circulación nacional la Jornada hace apenas unos días. De hecho, esa misma entrevista nos llevó a recordar lo que hace un tiempo habíamos dado lectura ante las circunstancias políticas, sociales e históricas que consideran a Ricardo Monreal un presidenciable de Morena para el 2024 luego de que culmine el periodo sexenal de López Obrador.
Es cierto que aún falta mucho tiempo, pero el mismo clima transita velozmente luego de que, sorprendentemente, el presidente decidió abrir el juego presidencial con más de dos años y medio de anticipación. Esa misma impresión es la que hoy figura en el plano político. Además de que ha sido motivo para desnudar las muestras de iniquidad y segregación de parte de la dirigencia de Morena, provocó una atmósfera sinrazón ni justificación.
Por ello, no hay ningún motivo para entrar en un terrero de descalificación, especialmente porque Morena tiene en sus manos la posibilidad de refrendar la hazaña del 2018 cuando el movimiento que encabeza López Obrador se proclamó ganador con una votación histórica y aplastante en las urnas. Él, de hecho, revivió ese instante de gloria ya que, en ese momento, predominó la unidad. El mismo Ricardo Monreal lo recordó en entrevista en la Jornada.
Y para que esa situación reviva el mismo escenario- se deben sumar todos al llamado de unidad. De hecho, el senador comentó en entrevista: “para poder consolidar la transición política y el cambio de régimen, necesitamos evitar una lucha anticipada”. Con esos pasos o, mejor dicho, si hay voluntad para cerrar filas- que además es indispensable, Morena llegará fortalecido. Un ejemplo de ello fue lo que pasó en Coahuila donde se sintió que hubo condiciones parejas cuando estuvieron presentes los presidenciables del partido.
Obviamente entre ellos estuvo el Senador Ricardo Monreal al que se le reconoció su legítimo derecho de participar una vez que llegue la convocatoria. Ahora bien, esto también pasará si el partido pone reglas de participación claras y transparentes que rompan la especulación y el escepticismo que se ha generado luego de que hubo señales de un grupo- tanto del partido como del poder- de un exceso de promoción y posicionamiento hacia cierto aspirante que, incluso, nombró en muchas ocasiones el presidente Obrador.
Pero más allá de eso, observé a Ricardo Monreal muy tranquilo. Si hay algo que caracteriza al Senador es que sabe medir muy bien los tiempos. Sigue manteniendo su aspiración legítima de ser el abanderado de Morena con una posibilidad altísima. De eso habló. Asimismo, rompió toda especulación que se genera en la clase política, y como parte de la lucha interna, concretamente en algunas versiones que se fabricaron en torno al distanciamiento con el ejecutivo.
Fue el propio Ricardo Monreal quien aseguró que su relación con el mandatario es sólida. Hay coordinación, eso es un hecho. También, está claro que ha estado con el presidente en las buenas y en las malas; incluso, ha sido muy eficiente en su responsabilidad legislativa pues ha sacado adelante todas las propuestas del ejecutivo federal. Por ello, al zacatecano no le pueden reprochar nada, al contrario, es un aliado incondicional del mandatario desde hace 25 años.
Y eso lo podemos seguir afirmando hoy por hoy. Tan es así que, el propio coordinador de los Senadores de Morena, se dijo más que comprometido con el proyecto y aseguró, como lo ha hecho siempre, que se mantendrá y luchará hasta el final en Morena porque no tiene un plan B.
Si vemos de cerca esa lingüística del zacatecano, nos daremos cuenta de que, el tiempo, le sigue dando la razón. Nos advirtió de los síntomas que provocaría una sucesión adelantada, lo mismo de las consecuencias internas si no había condiciones equitativas que garantizaran piso parejo.
Aunque ya el partido dio el primer paso al convocar a todos los presidenciables a Coahuila, hay que seguir a la expectativa de que Mario Delgado cumpla su palabra de garantizar mecanismos transparentes una vez que se lance la convocatoria.
Mientras pasa eso, Monreal sigue mostrándonos su gran visión y la capacidad de anticipar los posibles escenarios. Tuvo razón, sabe medir muy bien los tiempos y el termómetro político pues es uno de los favoritos para quedarse con la candidatura de Morena.
Por un lado, es calculador y, desde otro ángulo, manda señales que indican que, de su parte, hay disposición para consolidar la unidad. Y qué mejor que él que ha construido acuerdos y consensos- ya que se ha convertido en un gran arquitecto siendo, en todos los ángulos, un ejemplo de cómo llevar a cabo un diálogo efectivo.