Por Javier Lozano
A más de un año de que Alfredo Ramírez tomó protesta como Gobernador Constitucional de Michoacán las cosas han tomado buen rumbo de acuerdo con las propias evaluaciones que miden el termómetro ciudadano. De hecho, recientemente la encuestadora Demoscopia Digital levantó un estudio de respaldo ciudadano, incluso esa ponderación subió a comparación del mes de noviembre pues más del 52% respalda la gestión del jefe del Ejecutivo estatal.
Con ello, el Gobernador asumió un compromiso importante desde que se sometió a pruebas significativas como la responsabilidad financiera y el problema magisterial, incluso no se apartó de las promesas de campaña al buscar soluciones que se adapten a las necesidades del Estado. Sobre la base de esa labor, la aprobación del Gobernador ha encontrado un punto de equilibrio que obedece en gran medida al buen rendimiento.
Y las cosas han marchado bien porque hay, en la actualidad, un gabinete que ha hecho un papel importante. Tuvo, hace unas semanas, algunos ajustes que le vendrán bien a algunas dependencias. Entre ellas está, por supuesto, el relevo del Colegio de Bachilleres pues los conflictos sindicales tienen que encontrar una salida política e institucional. Ahí el Gobernador demostró más pericia con un director más prudente y sensato que tomará mejores decisiones.
Y lo que venía trascendiendo desde hace un par de meses, era la llegada de Giulianna Bugarini al Gobierno del Estado. Después de esos rumores por fin el Gobernador encontró el momento oportuno y en conferencia de prensa, anunció el arribo de la ex presidenta estatal de Morena en Michoacán, y una de las figuras más cercanas al mandatario desde que Alfredo Ramírez fungía como diputado local.
En virtud de ello, Giulianna Bugarini se posiciona en este momento, como la mujer con mayores activos políticos en el Estado. De hecho, más allá de la confianza que le ha depositado el Gobernador no hay duda que la ex dirigente ha hecho méritos necesarios para afrontar estos retos. Entonces, tiene mucha lógica su nombramiento, sobre todo porque hay argumentos de sobra cuando se trabaja y contribuye a sumar en la cancha de la Cuarta Transformación en Michoacán.
Siendo que el capital político de Giulianna Bugarini puede medirse, en un futuro cercano, a perfiles que figuran en el mapa electoral. De hecho, la Secretaría del Bienestar en Michoacán es una tribuna inmejorable para tener contacto directo con la población civil y contribuir a fortalecer la estructura territorial que logró acumular desde que llegó a la dirigencia estatal de Morena en Michoacán.
Finalmente, desde ahora, surgen comentarios y pronósticos de un futuro próximo pues las elecciones del 2024 están cerca, máxime cuando el Presidente López Obrador abrió el juego sucesorio presidencial. A raíz de ello, muchos actores de la clase política se asoman. Es natural, seguramente en su momento Giulianna Bugarini lo hará ahora que tiene mayor poder político acumulado y sobre todo un currículum nutrido de experiencia en la administración pública estatal cosa que el mismo gobernador de la entidad le reconoció a través de sus redes sociales.
Mientras eso pase, Bugarini tendrá que demostrar pues llega con grandes expectativas a la secretaría de los programas sociales en Michoacán. No es poca cosa; el reto es mayúsculo y la necesidad de multiplicar más ayuda al territorio es un asunto inminente que sabrá, tomando protesta, encarar la nueva titular, Giulianna Bugarini que ha crecido a pasos agigantados en la gestión de Alfredo Ramírez pues los méritos son suficientes para tomar el toro por los cuernos.
