Aún sin llegar a su máximo nivel el senador Ricardo Monreal garantiza el triunfo en cualquier escenario abanderando a Morena. Incluso, esa percepción ha circulado en distintos mecanismos de evaluación. De hecho, en dos posibles careos el zacatecano se llevaría la victoria con un margen importante con la que se impondría en las elecciones del 2024 donde habrá transición del Ejecutivo federal.
Esa es la manifestación que hizo la encuestadora Demoscopia Digital hace un par de días. Considerando que es la primera vez que mide un careo directo con Ricardo Monreal y los posibles aspirantes de la oposición el porcentaje que acumuló es muy significativo. Por eso hicimos hincapié que el zacatecano, en este tramo, puede mostrar su mejor versión pues su experiencia y madurez en procesos electorales irán marcando la pauta para acelerar el paso.
Durante los meses siguientes habrá condiciones de mayor equidad, al menos esa es la lectura de la carta que envió Mario Delgado a los gobernadores para solicitar mayor apertura a los presidenciales de Morena. Con esa premisa, los reflectores se enfocarán en el centro de atención para los cuatro aspirantes oficiales reconocidos por el Presidente López Obrador.
Eso no pasó en los meses anteriores, incluso el propio Ricardo Monreal se vio obligado a levantar la mano. Durante ese tiempo hubo una campaña propagandística en contra; los gestos negativos, en cualquier caso, fueron una constante que frenaban un proceso igualitario. Eso también impactó en los estudios de evaluación porque muchos aprovecharon la tribuna que les brindó el presidente al grado de violar la propia Constitución con actos anticipados de campaña, como el caso de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, que acabó por lanzarse con todo el aparato de comunicación para promoverse a lo largo y ancho del país.
No todos estaban de acuerdo con la cargada, ni muchos menos avalaban el favoritismo que estuvo marcado a lo largo de 17 meses. Insisto que la lucha que abanderó el senador Ricardo Monreal fue la punta de lanza porque desde que inició la batalla legítima el mismo coordinador de los senadores de Morena generó una corriente de opinión positiva a su favor, fueron momentos difíciles, pero la resistencia del zacatecano convocó a grandes sectores de la sociedad, lo mismo un porcentaje importancia en las bases del lopezobradorismo hasta lograr el objetivo: Ser reconocido en la lista oficial de aspirantes.
Fue un gesto que se ganó Ricardo Monreal. De hecho, las bases del partido han acogido con gran entusiasmo esta noticia. Saben que el zacatecano, es una pieza clave no solo en la consolidación para darle vida orgánica al movimiento, sino fundamental para llevar a la práctica una serie de reformas constitucionales que él mismo encauzó al mostrar toda su capacidad en el Senado de la República donde tiene gran poder y capital político al ser el líder indiscutible.
Dado que su actuación es incuestionable se hizo justicia, al menos la voluntad que existe da pie a seguir esperanzados que, efectivamente, habrá un proceso equilibrado si es que en verdad se cumple la democratización de un ejercicio a través de mecanismos claros y transparentes donde reine la verdadera voluntad del pueblo.
Se ha creado, hasta ahora, un clima que podemos considerar positivo pues las tribunas y las pasarelas deben ser, por lógica, un vehículo de posicionamiento para los cuatro presidenciales oficiales de Morena. A bordo de ese esquema de participación camina Ricardo Monreal que, si hoy fueran las elecciones, ganaría con amplio margen la elección de acuerdo con la ponderación que realizó la encuestadora Demoscopia Digital hace unos días.
A propósito, antes de haber considerado a Ricardo Monreal como aspirante oficial, el líder de la fracción mayoritaria de la Cámara de Senadores acumuló una base importante de apoyo. Hoy que las condiciones pintan mejor, pues se termina una era de segregación y comienza una nueva etapa de democracia interna, hay un panorama más pausible en que Monreal pondrá en práctica su mayor capital político y su experiencia para llegar a ser, en 2024, el sucesor del Presidente López Obrador.
Solo es cuestión de que se fijen reglas de participación claras y democráticas con un mecanismo transparente que no deje margen a la sospecha. La encuesta no es, en ese sentido, el instrumento idóneo porque, en el caso de Morena, se han cometido irregularidades e injusticias que no han logrado garantizar esa anhelada democratización que las bases del partido gritan en voz alta.
