Por Antonio TENORIO ADAME
Un nuevo escándalo se suscitó durante la sesión de Congreso General, en San Lázaro, durante la apertura del periodo de sesiones ordinarias. Esta vez por la presencia de la escolta de la Secretaria de la defensa nacional dispuesta a rendir honores a la bandera.
POR LA NEGATIVA
El presidente del Congreso, diputado Santiago Creel Miranda, ordenó que la ceremonia se llevara a cabo fuera del salón de sesiones, por lo que se efectuó en el área de recepción.
La determinación del presidene Creel se fundamentó en evitar el ingreso de armas al recinto legislativo.
La mayoría oficial de legisladores impugnó dicha decisión y armó un escándalo con insultos al diputado Creel.
El problema se generó debido a que el artículo 25 del Reglamento de la Cámara establece la prohibición de entrar con armas al plenario, en el Reglamento General de diputados se dice:
“estará estrictamente prohibida la entrada a toda persona amada. En caso que alguien transgreda esta prohibición, el presidente hará que abandone el recinto por los medios que estime conveniente y lo pondrá a disposición de las autoridades competentes”.
La protesta generada por Morena y aliados se escudó, en medio de contradicciones, como argumenta la vicepresidenta de la Mesa Directiva, diputada de Morena, Karla Yuritzi Almazán: la disposición reglamentaria incluye a todo recinto, ademas que el Presidente del Congreso abandonó su sitial y volvió a él sin orden, dejando la bandera abandonada
(entrevista de radio).
La crítica viene trasminada por el revanchismo partidista que predomina en la actividad legislativa.
El diputado Creel aplicó el Reglamento debidamente, además que el protocolo de honores a la bandera se maneja con discreción, sin que sea la presencia armada militar quien las lleve a cabo, como ocurrió en ocasión similar anterior, cuando el órgano de proteccion civil de la Cámara se encargó de dicha ceremonia.
Una de las formas de evitar estas fricciones es que los propios legisladores rindan los honores, como ocurrió en la LIII Legislatura, cuando el entonces diputado y mayor del Ejercito Rodolfo Linares promovió la ceremonia de abanderar la Legislatura. No conozco de otra acción cívica similar.
La historia de la presencia de armas durante las sesiones, tanto por civiles como por militares.
Entre los primeros se recuerda las refriegas a balazos provocados por efectos de pasiones desbordadas en el debate, así ocurrió.
POR LA AFIRMATIVA
1.- En 1921 la fracción de diputados obregonistas estaba en minoría y enfrentaba la formación de la Comisión Permanente del Congreso.
La violencia precedió a la votación con la entrada de la tropa federal en el recinto de sesiones, la policía del Congreso se encontraba renuente a obedecer. La presencia de los soldados. Se había visto un hombre armado en las galerias , se trataba de impedir la entrada de armas en el recinto. Los opositores calificaban los hechos de la misma magnitud que la ocupación del Congreso por fuerzas de Huerta en 1914. El resultado fue poner de manifiesto la impotencia de la mayoría del Partido Laboral para decidir sobre las discusiones sin intervención del Orden Ejecutivo. La oposición durmió la noche previa a la votación de la Permanente en la Cámara, mientras en la calle se mantenía la refriega a balazos en el exterior del edificio.
2.- El 12 de noviembre de 1924, en el curso de la sesión, se enfrentaron a tiros los diputados dentro del salón de sesiones, los taquígrafos reproducen un texto donde el diputado Morones y el diputado José María Sánchez cruzan palabras de reto con la que se inicia el duelo generalizado. Entre los heridos registrados se destaca el nombre del diputado Morones.
3.-Otras fechas de violencia parlamentaria son el crimen del senador Francisco Field Jurado , enero de 1924; el pleito entre diputados de 1926; el bombazo en la Cámara en 1926; las balaceras de la Cámara en agosto de 1931 y en septiembre de 1935; así como el suicidio de Jorge Meixueiro, agosto 1943, durante las sesiones del Colegio Electoral.
Acaso si estos datos (Javier Mc Gregor 1997) no son suficientes para explicar las razones exhibidas para justificar la prohibición de la introducción de armas al salón de plenos, el comentario de los hechos de mayor represión que ha sufrido el Congreso en México se encuentran descritos en la ocupación militar del salón por el cuerpo armado oficial.
4.- El primer imperio mexicano del emperador Agustín de Iturbide irrumpió dos veces el Congreso con la fuerza armada, la primera en mayo de 1822 para exigir que se le declarara Emperador, para ese fin cuestionó al presidente de la Cámara, diputado José Miguel Guridi y Alcocer asumiera la decisión, a lo que respondió que él carecía de facultades.
5.-La segunda ocupación más del Congreso ocurrió en octubre del mismo año, dando lugar a la detención de diputados y la disolución del Congreso.
6.- Durante el golpe militar de Victoriano Huerta, posterior a la formalidad de cambio de régimen, se produjo la clausura militar de la Cámara de Diputados, siendo conducidos en calidad de detenidos los legisladores reunidos en sesión, así como se registró el crimen del senador Belisario Domínguez y alrededor de cinco diputados fueron ejecutados por órdenes del chacal usurpador.
PASA A EFECTOS CONSTITUCIONALES
Una experiencia ilustrativa de evitar las fricciones con la escolta del Ejército es abanderar cada Legislatura como lo realizó la LIII Legislatura en 1986.
Las armas traban la libre expresión ante el riesgo del desbordamiento de las pasiones y originen una tragedia
La cultura legislativa obliga a todos los diputados, y especial de Morena, conozcan su propia historia y evitar, en aras de supuesta radicalidad, vayan en sentido contrario a sus aspiraciones o la que dicen representar: La transformación de México.