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18 diciembre, 2024
PRESENCIA DE MICHOACÁN

PLIEGO PETITORIO

 

Por Antonio TENORIO ADAME

El Movimiento estudiantil del 68 fue una lucha por la democracia, no obstante, con frecuencia es reducida solo a la represión ocurrida el 2 de octubre.

El movimiento quedó circunscrito más en calificar al Estado de represor y condenarlo por ello, en vez de ver los logros alcanzados en base a su demanda principal: el respeto a la Constitución, además sus reclamos particulares se cumplieron.

POR LA NEGATIVA

Uno de los alcances del movimiento estudiantil fue la derogación de los artículos 145 y 145-bis del Código Penal Federal (que establecían el delito de disolución social), sin que este tipo de logros fueran saludados ni recordados. No hubo ninguna mención ni acto para marcar el hecho.

Entre los mejores textos que ayudan a explicar el M68 es, sin duda, el del dirigente del Consejo General de Huelga, Roberto Escudero (Este país 2008) en el que define el fenómeno social como una experiencia liberal; recurre para su propósito a descifrar el pliego petitorio, a más de desentrañar las siglas LD de “libertades democráticas” al mismo tiempo reconocer que les faltó una clase de labor pedagógica.

“Todo el mundo acepta que el movimiento estudiantil mexicano; fue un movimiento por la democracia”, afirma Escudero “que la democracia y sus valores (vigencia de la ley, igualdad ante ella, respetar la le ley suprema de la Constitución, por ejemplo) fueron nuestros grandes objetivos

«No pedíamos derechos positivos como nuestra participación en el poder por medio de un partido, lo que pedíamos es que cesaran los abusos como los apaleados todos los movimientos obreros y populares; lo que identifica al M68 es el abuso ante gente invariablemente desarmada”.

El movimiento estudiantil del 68 superó con rapidez a este valioso antecedente “Únete pueblo”, fue tal vez la primera consigna rápidamente superada.

Es más, había una coherencia y una solidez en los seis puntos del pliego petitorio que ilustran bien la vertiente liberal del movimiento. Esta coherencia a veces pasaba inadvertida porque no insistíamos lo suficiente en las razones que nos llevaron a redactar así nuestras peticiones (nos faltó una labor pedagógico política). Cuarenta años después no parece inútil hacerlo con la mayor precisión posible, y lanza una predicción, “tal vez encuentre el lector hallazgos históricos”.

Al describir con precisión el pliego petitorio, los menciona:
1.Libertad de presos políticos

  • Destitución del General Luis Cueto Ramírez, así como la del teniente coronel Armando Frías,
  • Extinción del cuerpo de granaderos, instrumento directo de la represión y no creación de cuerpos semejantes,
  • Desaparición del artículo 145 y 145 bis del Código Penal Federal
    (delito de disolución social) instrumentos jurídicos de la represión,
  • Indemnización a las familias de los muertos y los heridos que fueron víctimas de la agresión
  • Deslinde de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades a través de policía, granaderos y ejército. Y es preciso allanar los antecedentes de contribución a la demanda histórica que diera a la vez fortaleza orgánica e inspiración constituyente de una labor política minuciosa de permanente labor. Como refiere Escudero los “hallazgos históricos” que convierten un llamado público en acción colectiva.

POR LA AFIRMATIVA

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El 2 y 3 de julio de julio de 1960 se convocó a un Congreso Nacional que dio lugar a la formación del Comité nacional por la libertad de los presos políticos y la defensa de las garantías constitucionales, cuya primera convocatoria presidían personalidades como Renato Leduc, David Alfaro Siqueiros, Filomeno Mata, Othón Salazar, familiares y defensores de víctimas de violaciones de derechos humanos, militantes del Partido Comunista, catedráticos y estudiantes  universitarios, con mi presencia, Antonio Tenorio Adame, en calidad de dirigente estudiantil universitario.   (Mata Siqueiros 1962).

De los trabajos de dicho evento se establecieron 26 demandas aunque la mayoría eran acciones, de las cuales las más importantes se basaban en reclamar la defensa de las garantías constitucionales, la libertad de presos políticos, desaparición de cuerpos policiacos y del procurador de la República  (Puntos 8 y 9), limitar la intromisión inconstitucional del  Ejército y policía en instituciones educativas (Punto 20); Respeto al  artículo 129  la Constitución de prohibir al Ejército como policía de represión (Punto 21).

 

La recopilación de los actos del juicio contra Siqueiros y Mata recoge un testimonio de las acciones emprendidas en defensa de las garantías constitucionales, libertad de presos políticos, derogación del artículo 145 de disolución social, y renuncia de autoridades de la represión, como demandas que después aparecerán inscritas en el pliego petitorio M68;  el testimonio se basa en una manifestación (3 de marzo de 1960): “ Casi cuatro horas duró la ruidosa manifestación (dice el reporte policiaco), que demandó  la derogación del delito de disolución social y pidió la libertad de los presos políticos, se presentaron otras peticiones como la solución inmediata del problema de la Escuela Nacional de Maestros relativo al servicio social, los organizadores de la marcha se abstuvieron de dar a la prensa copia del escrito, lo único que consta es que una comisión de cinco entró a Palacio; se reseña el ambiente de la manifestación con el forcejeo cuerpo a cuerpo con guardias presidenciales, la Comisión fue encabezada por Antonio Tenorio Adame para entregar un pliego petitorio con las demandas;

“Respeto a la Constitución, a las Garantías individuales y sociales, No más intervención del Ejército y la policía, Libertad inmediata a los presos estudiantiles, obreros y políticos, solución al problema de la Normal».

A la media noche, Antonio Tenorio Adame informó que el pliego universitario incluía además la destitución del general Cueto Ramírez, la desaparición del cuerpo de Granaderos, y la derogación del delito de disolución social; dicho documento fue entregado en propia mano a Humberto Romero Pérez, secretario particular del presidente Adolfo López Mateos, quien por razones de salud se encontraba ausente, en el Despacho del Presidente de la República.

PARA EFECTOS CONSTITUCIONALES

El antecedente ilustra cómo el Gobierno de la República se encontraba debidamente informado del reclamo popular ocho años antes de la trágica noche de Tlatelolco; de lo ocurrido se extrae la memoria de un roce de estudiantes con el Ejército sin consecuencias y haber logrado traspasar la barrera de la masacre en tiempos aún de cierta tolerancia.

 

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