- Al conmemorarse el XXXIV Aniversario de la fundación del Partido de la Revolución Democrática, destacó el llamado de México en estos momentos para dar batalla en defensa de las libertades y derechos que tantas vidas costaron en el país.
Los principios que dieron vida al Partido de la Revolución Democrática están más vigentes que nunca, y son el impulso para la lucha que las y los militantes venimos dando hoy como en sus inicios, frente al autoritarismo del régimen, destacó la diputada Julieta Gallardo Mora, coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.
Al conmemorarse el XXXIV Aniversario de la fundación del Partido de la Revolución Democrática, la diputada por el Distrito de Puruándiro destacó el llamado de México en estos momentos para dar batalla en defensa de las libertades y derechos que tantas vidas costaron en el país.
“Vivimos en México una profunda regresión, en donde las conquistas de derechos plasmadas en nuestras leyes, en la construcción de instituciones, hoy sufren un duro embate por el régimen en turno, lo que para las y los perredistas, representa un llamado en su defensa”.
Julieta Gallardo destacó que instituciones garantes de nuestros derechos políticos, de información, de educación, de salud, de desarrollo científico y tecnológico, están en riesgos y padecen en estos momentos la embestida de una fuerza totalitarista que desde el Poder, pretende que el centralismo reviva de manera más feroz el nocivo presidencialismo.
“La lucha del PRD ha sido la lucha de las libertades, los derechos y la democracia, por tres décadas hemos aportado desde cada rincón del país nuestro esfuerzo y capacidades para generar mejores condiciones para el país que aquellas que persistían cuando nació el partido, lamentablemente hoy vemos profundas regresiones, por lo que estamos llamados a no bajar la guardia”.
La legisladora lamentó que de manera perversa, pretendiendo disfrazarse de izquierda, el régimen que hoy priva en México ha mostrado un rostro contrario, aterrizando la agenda que por décadas la derecha pretendió instaurar en el país, como lo es la supresión de derechos, el adelgazamiento del Estado Mexicano, un mayor control de las fuerzas armadas sobre la tarea pública, entre otras muchas.