Por. Javier Lozano
Todas las direcciones llevan a Morena. Al igual que Ricardo Monreal, no veo otra alternativa para llegar fortalecido al proceso interno y después a la candidatura de cara a la sucesión presidencial que no sea esa ruta. En efecto, hay razones para pensar que, ese hecho, luce alentador cuando se trata de una figura de un inmenso poder político como el Coordinador de los Senadores de Morena.
Animado por ese hecho, fue muy explícito esta semana en una serie de entrevistas que dio a medios nacionales y a espacios de información de la capital del estado de Michoacán, luego de acompañar a la toma de protesta al ahora gobernador constitucional, Alfredo Ramírez. Dijo, que hay una evidente intención de que, llegado el momento, presentará su postulación para competir, razón por la cual, siguió alimentando esa idea potencialmente atractiva de un presidenciable.
Esa intención cada día se fortalece. Para una figura de la talla de Ricardo Monreal, el escenario luce motivado porque, en tres años de labor legislativa y en una vida política llena de conquistas en la lucha democrática del país, reina justamente esa percepción que resulta un axioma.
De hecho, le lectura reflexiva de Ricardo Monreal en entrevistas para medios nacionales y locales de la Ciudad de Morelia, dejó claro que, hoy más que nunca, está listo para participar en la contienda interna, eso sí, habría que delimitar los mecanismos o criterios de selección que, no a todos, deja satisfecho, máxime, cuando el saldo de una encuesta, en ocasiones, no termina de legitimar del todo.
Se necesitan métodos que fomenten un clima de unidad. Si realmente hay transparencia en la selección, los participantes tendrán que mostrar apertura y no oponerse a modificar porque, lejos de dar certidumbre, oscurecen, al menos, la designación del candidato de Morena al 2024.
Por ello, pienso que Ricardo Monreal leyó perfectamente el hecho. Sabedor por la experiencia que acumuló en toda su larga trayectoria, propone una serie de elementos, aunque no definidos, si razonados que anticipó en vísperas de una sucesión adelantada que pronunció el presidente López Obrador.
Así se manifestó el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República. Aunque, quizá, el hecho que trascendió fueron las declaraciones al medio de noticias nacional del País.
Habló de muchos temas de carácter dominante en la agenda pública; aunque, la tónica de la charla abierta fue estrictamente la sucesión presidencial, el tema de la unidad, y las condiciones para propiciar piso parejo para los presidenciables.
Pero hay un tema que no se pudo soslayar: la relación con el presidente. Lo dicho por sus propias palabras, son la narrativa que ofrece la interpretación de los hechos. Hay coordinación, respeto y una cosa que los liga a ambos: el fortalecimiento del programa de transformación de la vida pública del país. Pese a que el vínculo dijo, “soy una especie de socio de un proyecto de nación, pero nunca un subordinado incondicional”.
La postura es clara cuando se refiere a proyecto de nación. Hay un paralelismo que es muy difícil de ignorar; juntos, han cimentado las bases de un proyecto que es verdad, si encabeza el presidente, pero, en el fondo, tiene un trabajo arduo que ha librado al igual grandes batallas en la lucha democrática, no se diga los momentos más complejos donde la derecha pretendió someter a los referentes de la izquierda.
Tras esa premisa dejó claro que, no solo hay empatía con el movimiento, sino un sentimiento compartido. Lo más importante creo, radica en la consolidación de una expresión que fue el vehículo de participación política que los llevó al poder.
Así, se han escrito capítulos de colaboración mutua, aunque, tratándose de labor política, hay una relación de mutuo respeto que ha impedido, eso sí, una reacción subordinada por razones ideológicas y axiológicas de cada uno de los actores políticos. Andrés Manuel es congruente con lo que dice y hace, pero igualmente Ricardo Monreal.
Fiel a ese estilo, ha escrito su propia historia. Gracias a esa labor, hoy por hoy llega fortalecido a la fase adelantada de la sucesión presidencial.
Aunque, antes de que el escenario comience a acelerar el clima político, se deben propiciar las condiciones. Así, deben hacer a un costado cualquier diferencia. De hecho, ya se propició una cumbre donde Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum, hablaron de todo menos de la agenda legislativa.
Seguramente se propició un pacto en contra de la hostilidad y, tras mostrar una fotografía en plena sede de gobernación en Bucareli, se notó que, en vísperas de esa sucesión adelantada, habrá cancha pareja mientras se llegue el momento de la definición, no sin antes ponerse de acuerdo para ir en unidad, se debe transparentar el mecanismo de elección que ponga los puntos claros sobre la mesa.
Convencido de su poder político, Ricardo Monreal se perfila como uno de los principales liderazgos para abanderar el proyecto de Morena en 2024. Siendo que muchos aspectos le favorecen y en poseedor de una gran estructura territorial en todo el país, será un rival fuertísimo.
Esas acciones favorecedoras lo colocan en la antesala de la candidatura, eso sí, con Morena o con Morena.