Por Javier Lozano
Fiel a su estilo el senador Ricardo Monreal se da el tiempo para convivir no sólo con diversos sectores de la población, sino también con niños y adolescentes a quienes escucha y atiende, pero que del mismo modo interactuá de una forma lúdica partiendo de la enorme empatía y de la conexión que posee el coordinador de los legisladores de Morena en la Cámara Alta.
Y eso fue lo que pasó hace unos días: Ricardo Monreal convivió con un niño que participó en la cocina de Masterchef. De hecho, fue el propio Roy Padilla quien departió con el senador por un lapso importante. Por esa razón, el tema llamó poderosamente la atención más allá de que, siempre las acciones del zacatecano, captan los reflectores por la importancia que tiene su comprobado liderazgo.
A raíz de ello, lo mejor y tal vez más significativo del hecho- fue el intercambio lúdico y emotivo que se tornó en un clima divertido. Y es que el senador se metió literalmente hasta la cocina. A cambio de contestar unas preguntas, el niño Roy Padilla tuvo la oportunidad de conocer, a grandes rasgos, el trabajo legislativo que realiza un legislador de la República.
Quien mejor que Ricardo Monreal para aparecer en esa dinámica emocionante. Fue un marco perfecto, sobre todo para los niños que poco van aprendiendo las labores que ligan a un senador.
De hecho, hace poco el propio Ricardo Monreal abrió las puertas del Senado a niños y niñas en su día. Fue también una interacción que permitió construir una idea o concepto de la labor que efectúan en la Cámara Alta.
Algo así pasó en el espacio de Cocinando con Roy hace unos días. El intercambio sirvió de ejemplo muy sencillo para explicar la naturaleza de toda una agenda legislativa. Con esa capacidad que caracteriza al senador Ricardo Monreal se metió hasta la cocina. Explicó los mecanismos y, por supuesto, las propuestas de leyes y modificaciones al marco constitucional.
Al compartir esa experiencia, el senador detalló que es lo mismo que sucede en una cocina. Existe un ingrediente o plato que llega a cocinarse satisfactoriamente; otros quedan a medias; y algunos prácticamente no tienen algún efecto. Eso pasó con las propuestas que aterrizaron en la Cámara Alta.
Lo más interesante de ello, es que en la cocina del Senado de la República se preparan perfectamente bien los proyectos. Tienen un maestro culinario que tiene el toque perfecto para sazonar las propuestas, sobre todo las presidenciales a las que ha puesto más énfasis por tratarse de un esquema de desarrollo para el país.
Esa manifestación ha traído un menú potencialmente atractivo con una numerosa lista de conquistas. Más de 50 acuerdos de mesa directiva; 8 reformas constitucionales más las que están pendientes; 129 acuerdos de Junta de Coordinación Política; y 10 leyes de nueva creación.
De entrada, a eso le podemos llamar un Chef de calidad que está a la vanguardia de los grandes retos y exigencia en la cocina. Esas características son, hoy por hoy, prácticamente indispensables porque el poder político del Senador, y sobre todo su experiencia han permitido, desde hace más de tres años, consolidar la agenda del presidente López Obrador.
La receta secreta tiene una lista de ingredientes que son, inminentemente, virtudes para seguir consolidando esa gran labor. Entre esas capacidades está la organización, la madurez, la experiencia y sobre todo el diálogo que es, sin lugar a dudas, el toque
