- Saldrán a las calles los días 28 y 30 de julio, así como el 2 y 4 de agosto
Las vacaciones de verano comenzaron, y Michoacán cuenta con una amplia oferta turística que puede ser disfrutada en estos días de descanso, como los más de 3 mil Tlahualiles que saldrán a las calles de Sahuayo para las Fiestas Patronales en honor a Santiago Apóstol.
Esta manifestación cultural-religiosa fue introducida a Sahuayo por la orden de los sacerdotes Franciscanos durante la segunda mitad del siglo XVI, y cada año a través de una peregrinación donde se venera la imagen de Santiago Apóstol, los danzantes llamados Tlahualiles, que en la traducción del náhuatl significa guerrero ataviado, danzan aproximadamente 12 horas escenificando el combate bélico-religioso.
Con macana y espada “pelean” los guerreros danzantes contra “La mulita” (personificación de Santiago Apóstol). Al respecto existe la interpretación de esta batalla como la lucha encarnizada entre el bien y el mal, entre lo pagano y lo católico. El Tlahualil forma parte de una de las fiestas patronales más importantes del occidente de Michoacán celebrada en Sahuayo de manera anual, y las cuales se realizan del 16 de julio al 4 de agosto.
Roberto Monroy García, titular de la Secretaría de Turismo de Michoacán (Sectur), recordó que los días en los que saldrán a las calles los guerreros danzantes son el 28 y 30 de julio, así como el 2 y 4 de agosto, para poder ser vistos por turistas y visitantes que este 2024 se espera lleguen a 30 mil asistentes, según comentaron las autoridades municipales.
“Esta es un tradición de fe y expresión cultural de la región Zamora de Michoacán, que ha logrado trascender generaciones. Estamos buscando cómo darle más visibilidad a los Tlahualiles y mostrar al mundo parte de la riqueza que tenemos en el estado como los huaraches, los mezcales, las trancas, todo lo que tenemos en esta región”, comentó Monroy García.
Actualmente hay más de 100 grupos de Tlahualiles en Sahuayo y más de 3 mil 400 guerreros que salen a lucir su indumentaria tradicional. La celebración reactiva la economía local, pues detrás de cada guerrero danzante hay un trabajo artesanal de cientos de familias que se dedican a elaborar los diferentes materiales que se utilizan como el carruto (canuto), la pigmentación de pluma, confección del saco, cartonería y pintura.