Por Javier Lozano
Todo tipo de situaciones y coyunturas ha puesto a prueba al coordinador de los Senadores de Morena en la Cámara Alta y, a pesar de la intensidad y el grado de complejidad, siempre sale adelante. Eso hay que tomarlo en cuenta porque Ricardo Monreal, es uno de los actores políticamente más influyentes en términos de capacidad y eficiencia.
Por esa razón— es un presidenciable natural de Morena— y fuerte aspirante a dar continuidad al proyecto sexenal del presidente López Obrador. Si analizamos eso, estamos en presencia del político más hábil y eficiente con más peso en todos los aspectos en los que podemos establecer una evaluación o criterio de aquellos que poseen ese grado de reacción ante cualquier circunstancia.
Y, si seguimos, seguramente encontraremos más cualidades del zacatecano. Sin embargo, una de esas competencias es el grado de eficiencia y mediación en asuntos trascendentales como el del pasado martes donde, con pericia, resolvió el periodo ordinario que se nubló por un instante debido a la postura que tomó el grupo de oposición.
Fue, entonces, una de esas situaciones donde la operación política se vuelve clave en manos de quienes están dispuestos siempre a contribuir positivamente en el desarrollo del país. Eso pasó: Ricardo Monreal recompuso la sesión ordinaria hace un par de días; fruto de esa mediación, hizo posible continuar con el orden del día en medio de una protesta abierta de los partidos de derecha e, incluso, de los medios de comunicación que fijaron postura por un documento que trascendió.
Así pues, fue una carambola o, mejor dicho, un efecto paralelo el que aportó la intervención del coordinador de los senadores de Morena. Junto a ello, hizo gala de la gran capacidad de oratoria y dedicó, como lo ha hecho siempre, un mensaje de apoyo al presidente López Obrador en esta atmósfera que se ha propiciado por la vía de la calumnia pero que, gracias a su intachable trayecto que ha construido, asumió con responsabilidad los hechos ya que se trata, a todas luces, de una estrategia de desprestigio de los detractores del mandatario no de ahora, sino de toda su carrera política.
Ricardo Monreal lo consideró como un hecho desesperado de la oposición, sin embargo, son muchísimos los fundamentos sólidos que garantizan el papel del jefe del ejecutivo federal. Tenemos que ser congruentes con ello; por ello, comparto la concepción del presidente de la Junta de Coordinación del Senado: estamos en presencia del mejor mandatario de la historia. Al tiempo que sucede eso, una multitud inmensa respalda el trabajo de su administración y su lucha por desterrar la corrupción.
Esas fueron las razones justas que ponderó el Senador Ricardo Monreal en tribuna. Además de defender un proyecto sin tapujos, trabajó en los conflictos que se generaron con antelación en vísperas del único ordinario de sesiones el día martes. A esto le sumamos esta acción, pero también la efectiva capacidad para generar condiciones con la oposición; puso de manifiesto el respeto más allá del apasionamiento que, hasta cierto punto, es algo natural.
Justamente eso fue clave. Ricardo Monreal habló por separado y en grupo y, con esa pericia, regresó el debate al pleno de la Cámara Alta. Eso habla de la productividad, aunque también de la eficiencia; en varias ocasiones ha tenido que echar andar esa virtud y, en todas ellas, sale victorioso. Apuesta siempre por el diálogo y el consenso y, en términos de efectividad, resulta positivo, en cualquier caso.
Bajo esa premisa hemos anticipado, una y otra vez, los grandes resultados que obtendrá tanto en los proyectos de reforma eléctrica como electoral. En pocas palabras, Ricardo Monreal está a la altura de las circunstancias siendo infalible en la toma de decisiones.