Por Javier Lozano.
Han pasado cinco semanas desde aquel histórico triunfo de la coalición Seguimos Haciendo Historia. Todavía, de hecho, ese efecto sigue sacudiendo el tablero sociopolítico en nuestro país. Eso, de manera clara, abrió la puerta para que el progreso social siga echando raíces. En Michoacán, por ejemplo, Morena dominó ampliamente en voto de las mayorías y, por supuesto, es el momento perfecto no solamente para ir armando la estructura de gobierno, sino para ir planeando un andamiaje de propuestas que den respuesta a los problemas que aquejan a la población civil.
Muchos presidentes municipales electos, después del triunfo en las urnas, han dedicado su tiempo a seguir recorriendo cada uno de los puntos que constituyen su demarcación. De hecho, nos hemos detenido un poco para observar el trabajo que viene haciendo Fanny Arreola en Apatzingán. Ella, además de ganar con amplio margen, llegará al despacho con una enorme legitimidad. Eso no solamente se obtiene con el voto de las mayorías, sino con el trabajo que llevas a cabo a ras de tierra, sumado al compromiso social a través de mecanismos y herramientas de apoyo, tanto en los servicios que ofrece el municipio, como en la coordinación y gestión de los programas sociales.
En ese sentido, Fanny Arreola, presidenta electa de Apatzingán, sabe perfectamente la responsabilidad que ha dado el mandato popular. A raíz de ello, se ha encargado de recorrer colonias y comunidades para escuchar a la sociedad. Es allí, sabemos, donde los actores sociales recolectan las inquietudes de la ciudadanía con miras a construir una agenda común desde la participación social. De hecho, eso le ha permitido a Fanny tener una descripción más detallada para ir fortaleciendo todas las áreas de oportunidad que, a la postre, traiga consigo más progreso. Es, por así decirlo, una visión progresista que está encaminada a cumplir los objetivos trazados en tiempos de campaña. Algunos de ellos, por cierto, son darle mayor solidez a la movilidad y, con ello, avanzar en obra e infraestructura, lo mismo que salud, educación y campo.
Y con ese ánimo de transformación, la sociedad espera con ansias la llegada de la nueva administración que, a propósito, tiene días que sigue construyendo las condiciones para una transición, o mejor dicho, una entrega recepción y rendición de cuentas que son fundamentales para la transparencia. Entonces, podemos decir, a grandes rasgos, que Fanny Arreola tiene un proyecto para los próximos tres años que -con esa creciente efervescencia en vísperas del arranque- ya se visualiza como productiva, eso sí, manifestados en todos los servicios que ofrece el municipio. De entrada, hemos sido testigos, Fanny ha ido esbozando algunos tópicos que serán la base de su administración. Algunos de ellos, por cierto, tienen que ver con el cuidado al medio ambiente donde se ha propuesto una atención específica.
Otro de los puntos clave, en definitiva, será la agenda incluyente con la comunidad LGTB, como hemos podido apreciar. Se comenzará, claro está, con la participación activa de todos estos sectores. Fanny Arreola, en ese sentido, ha fijado su posición y, de paso, asumió un compromiso irrestricto a favor de estas causas. Encontramos, por ejemplo, reuniones constantes para revisar una agenda de trabajo integral. Y no solamente allí, sino el abanico, desde esa perspectiva social, es muy amplio que, desde luego, vale la pena seguir muy de cerca, pues serán tres años en los que destacaremos los cimientos en la construcción del segundo piso de la llamada Cuarta Transformación.