Escribe: Javier Lozano
Hasta ahora, Apatzingán se ha centrado en los reflectores no sólo por la excelente labor de su presidente municipal, José Luis Cruz Lucatero, sino por la inspiración que se ha convertido, en este momento, en un epicentro de desarrollo cultural.
Quizá ese fenómeno en los últimos días se ha dejado ver, entre la organización y el diseño, como una palanca para detonar la riqueza cultural que existe en distintos enfoques.
En ese sentido el presidente municipal ha promovido, en todo instante, un desarrollo integral; hizo posible el fomento a la lectura desde el Fondo de Cultura Económico; también, fue notorio el esfuerzo con otras autoridades para capitalizar un espacio pluricultural que vive hoy en día el Teatro Constitución.
Y, por si eso fuera poco, inauguró una exposición de fotografía con su máximo exponente que es la historia de su territorio histórico.
Esta transformación del saber habla de la responsabilidad que asumió en la primera etapa de su carrera como edil; ya encarrilado, refrendó su compromiso y, en esa tónica, fortaleció una política integral de inclusión a la cultura que se proyectan desde varios puntos de esparcimiento y aprendizaje.
En la actualidad, el Teatro Constitución se convirtió no sólo en el telón de fondo de un gran proyecto institucional, sino en términos de cultura representa, considerando su importancia, un punto para compartir las tradiciones, bailes, obras y exposición que abren la posibilidad de incentivar la motivación entre los niños y adolescentes que, en esta etapa, resulta ser los más interesados por lo atractivo del programa.
Así pues, un diseño muy completo e innovador el que implementó su presidente municipal.
Quizá hace mucho que no observaba tanta riqueza cultural. Tal vez se deba, en gran medida, a la política pública integral que presentó en tiempos de campaña y, por supuesto, en el momento que ratificó el respaldo social lo que en realidad significa, gran porcentaje de aceptación en la toma de decisiones.
Por supuesto que, una de ellas, es haber atendido al máximo los espacios culturales desde distintas facetas.
Y el caso de todos los espacios de Apatzingán que ofrecen este intercambio pluricultural es, por mucho, un gran avance que basta con recordar, ha sido una buena decisión seguir impulsando ese motor que retoma usos y costumbres, tradiciones y fomento a las acciones de enseñanza y aprendizaje.
Por esa razón este tipo de actividad hay que proyectarlas siempre; no se puede pasar desapercibido el tiempo, recurso y esfuerzo que se le imprimió para poner en manos de la población de Apatzingán una serie de acciones de gran envergadura cultural.
Y, finalmente, las evidencias y testimonios hablan de lo positivo que fue tomar este tipo de determinación. José Luis Cruz Lucatero como en muchos otros casos, se convirtió en el protagonista al ser el responsable de favorecer estás acciones que constituyen, evidentemente, un paso agigantado de la innovación y la vanguardia como uno de los municipios más ricos en cultura.
Justamente el papel clave de José Luis Cruz ha sido, hoy en día, fundamental para ofrecer un abanico extenso no sólo en desarrollo, infraestructura, salud y educación, sino también en una herramienta que siempre es vista positivamente por su estudio como es la cultura en todos sus ámbitos.
De ese modo, José Luis Cruz Lucatero cierra un año redondo cosechando éxitos y cultivando un numeroso esquema de proyectos que, muy pronto, se cristalizarán de acuerdo al plan operativo de su presidente.
Enhorabuena
