Escribe: Javier Lozano
Sabedor de lo que significa la lucha democrática, Ricardo Monreal nunca quita el dedo del renglón cuando se refiere a temas de fortalecimiento del país en todos los espacios del poder público.
Allí, Ricardo Monreal se formó en la batalla irrestricta para mejorar, desde todas las trincheras, el trabajo institucional en la toma de decisiones. De hecho, a partir de la transición que vivimos con la llegada de la Cuarta Transformación, así como el buen ejemplo y el compromiso que ha demostrado el legislativo, se ha propuesta una agenda política estrictamente social.
Por ello, es un hombre de principios y convicciones, en otras palabras, un hijo de la lucha democrática que, desde hace años, se atrevió a pelear a través de la participación política en distintos espacios. En todo caso, ha sido una batalla auténtica que es reconocida por la sociedad.
Esa legitimidad es, hoy por hoy, la bandera de la Cuarta Transformación. Por ello, si hay una manera de reconocer esa labor es precisamente a través de una narrativa dónde, al menos, recapitulemos el papel clave que ha jugado el coordinador de los senadores de Morena en la Cámara Alta.
Por ello, él es, en este momento, uno de los personajes de mayor peso en Morena. No hay tema que no sea consultado por el presidente de la Junta de Coordinación Política; en todo caso, su concepción influye de manera poderosa en los temas de la adenda pública.
Se le ha preguntado una y otra vez por el tema de Santiago Nieto. Ante ello, subrayó que es muy respetuoso de la decisión del presidente, aunque también, aprovechó el espacio para realizar una reflexión que, curiosamente, ofrece un mensaje de fondo del desenlace que llegaría a suceder para aquellos que abandonan los principios de la 4T.
Yo les diría a todos los funcionarios de la 4T: “Pongan sus barbas a remojar porque el presidente no se va a detener, lo conozco hace 24 años y cualquier acto de incongruencia con la 4T actuará a pesar de que sea cercano, amigo, colaborador, aliado de muchos años, él va actuar en consecuencia, la congruencia nunca lo separará de su espíritu”.
Ese mensaje fue, sin lugar a dudas, la narrativa de un perfil que públicamente ha mostrado su convicción y lealtad con el proyecto; él, como el presidente López Obrador, han vivido momentos de tensión en la lucha social, aunque, de igual forma, experimentaron etapas álgidas como la consolidación del vehículo de participación de Morena.
A ello, hay que sumarle la consolidación de la expresión -por un lado, y por otro el auge que tomó gracias al aporte numeroso de grandes referentes como Ricardo Monreal, bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador.
Eso le ha permitido, hoy y siempre, realizar o fijar una postura de cualquier coyuntura en la que se envuelven distintos asuntos; uno de ellos, sin lugar a dudas, la destitución de Santiago Nieto a quien, en todo momento, reconoció su responsabilidad.
Aunque, para el tema del título de esta columna, no podemos soslayar que, sí hay alguien con esa virtud y capacidad, es el propio coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal. Su amplio desarrollo en la lucha social desde hace 30 años le ha permitido, en todo momento, tener un lazo fuerte con el presidente López Obrador.
Los une un profundo amor por el país, así como un numeroso esquema de principios que les ha permitido ganarse el reconocimiento de amplios sectores de la población. Por ello, no dudó en mandar un mensaje poco descifrable o, más bien, una muestra de congruencia para todos aquellos que integran el proyecto de nación de la Cuarta Transformación de la vida pública del país.
Esa personalidad es, hasta hoy, una característica de identidad de un auténtico luchador social de la talla de Ricardo Monreal. Por esa razón, ha ido evolucionando y se ha ganado el reconocimiento de la ciudadanía y, en un futuro, no cabe duda que con Morena será un candidato con altísimas probabilidades de ser, en 2024, el próximo presidente de México que dará continuidad al proyecto de AMLO.