Por Javier Lozano
La andanada de Layda Sansores no sólo le traerá negativos políticos para ella, sino igualmente consecuencias legales al desobedecer un mandato judicial pues existe una carpeta de investigación, pero también se concedió una suspensión oficial para que la gobernadora y demás autoridades, se abstengan de continuar realizando publicaciones, así como que eliminen de internet y de las redes sociales estas publicaciones que a todas luces son falsas, carentes de veracidad, objetividad e imparcialidad, además de que con su utilización las autoridades actúan con ilegalidad, rebasando sus facultades.
En un país como el nuestro hay normas y la Ley es la Ley. Sí existe verdadera justicia la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, tiene que ser desaforada. Además de sobrepasar la línea por su burdas e ilegales maniobras, hay mucha justificación y material en testimonios como para demostrar todas las faltas que cometió. Desde que quedó claro eso, está documentada la carpeta de investigación que hay en contra de la gobernadora.
A ver si se hace justicia a la calumnia que vivió Ricardo Monreal cuando- sin escrúpulos- la gobernadora manipuló información a través de testimonios fabricados, pero también con contenido cargado de rabia y saña dado que sólo enseñó imágenes que no quedaron claras porque- simple y sencillamente- no convencieron a nadie.
Lo que hizo, más bien, fue intentar someter a Ricardo Monreal como lo ha hecho con Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI. Sin embargo, con el coordinador de los Senadores de Morena optó por atizar con difamaciones y calumnias cuando ventiló unas gráficas inverosímiles con una narrativa corriente y vulgar que no abandera- para nada- la investidura de una gobernadora que representa a muchos mexicanos en el estado de Campeche.
Empero, nada de eso ha inquietado, ni mucho menos manchado la imagen de Ricardo Monreal que se muestra tranquilo. Sabe perfectamente la razón o el motivo por el cuál Layda está actuando así. De hecho, él mismo lo advirtió al intuir los daños colaterales que podía provocar una sucesión presidencial adelantada porque aquellos que no saben competir democráticamente, aprovechan la pedagogía golpista que aprendieron en su pasado político.
Layda aprendió muy bien esos oficios desde que inició en la política, sin embargo, no esperó o, más bien, no conoce la sagacidad y la experiencia de Ricardo Monreal que no se quedó cruzado de brazos con lo que pasó. Cómo él, miles de seguidores del coordinador de los Senadores de Morena muestran su disgusto, pero también, eso ha servido para salir en defensa, primero, de la legalidad de un marco constitucional, así como del apoyo que han expresado sus propios compañeros de Morena, y de todas las fuerzas que integran la Cámara Alta.
De hecho, por medio de un pronunciamiento conjunto, más de 88 senadoras y senadores (mayoría calificada) de diferentes grupos parlamentarios expresaron su solidaridad al presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta, Ricardo Monreal Ávila, ante los ataques sistemáticos e ilegales que ha recibido en los últimos días.
En la declaración, que suscribieron este miércoles, las y los legisladores rechazaron las agresiones contra integrantes de la Cámara de Senadores, órgano en el que se representa la pluralidad de la nación.
Entre las y los firmantes, se encuentra el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Alejandro Armenta Mier y diversos coordinadores parlamentarios.
A eso se le llama reconocimiento al trabajo de un personaje de la política de nuestro país que, históricamente, ha marcado un precedente desde que inició su carrera en Zacatecas. Se unieron en mayoría para refrendar su respeto y apoyo al coordinador de los Senadores de Morena a través de una carta abierta a la opinión pública.
En otras palabras, Ricardo Monreal mostró músculo y poder político en la Cámara de Senadores lugar donde- desde que inició- ha construido alianzas y consensos por su trabajo irrestricto. Siempre por la vía del diálogo que es, en política, un mecanismo infalible para llevar a buen puerto una serie de cambios constitucionales; muchos de ellos, incluso, propuestos por el propio presidente López Obrador que- en Ricardo Monreal- ha encontrado a su mayor aliado.
Lo más justo sería que, desde la trinchera presidencial, exista empatía como lo hizo la mayoría calificada en el Senado de la República. Ojalá que también gobernadores y gobernadoras salgan a pronunciarse en contra de la guerra sucia a menos que la aplaudan y avalen para hallar una forma de ayudar a Claudia Sheinbaum como lo está haciendo equivocadamente Layda Sansores.
No le servirá de mucho porque la Ley tiene pruebas suficientes como para desaforar.